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martes, 31 de diciembre de 2013
jueves, 26 de diciembre de 2013
246.- Malos tiempos para la Lírica
"Los Chochos voladores" Siniestro Total
martes, 24 de diciembre de 2013
245.- Una Cena de Nochebuena de las de antes (del siglo XVII)
Año tras año solíamos asistir a la cena de Nochebuena que se daba en casa de mis suegros. Año tras año fuimos dándonos cuenta de que el segundo plato era siempre el mismo: "Pava rellena".
Año tras año, llegadas estas fechas, mis cuñadas procedían a emborrachar la seca carnaza del ave en cuestión a base de jeringazos de brandy y rellenaban su interior con toda clase de viandas.
Año tras año, fuimos empachándonos.
Así pues, visto lo visto y comido lo comido, decidí al menos amenizar tan repetitiva ingesta con la organización de una justa literaria para "echar unas risas", en la que cada comensal debería recitar al menos un poema en honor a la sacrificada pava, y de paso, retrasar un poco el aciago momento en el que mi suegra y su hermana (La tía Tita) nos relataban sus juveniles paseos por las costas del Ferrol del Caudillo recogiendo berberechos.
Como por aquellos tiempos estaba un servidor documentándose seriamente para escribir tres novelas históricas ambientadas en el siglo XVII, era condición reflejada en las bases del certamen que el estilo de las humildes obras presentadas recordara un poco al del Siglo de Oro de las letras hispanas. Una vez celebrado el evento, pude comprobar con orgullo y satisfacción cuasi regios, que los poemas de los participantes no solo recordaban el estilo de la época, sino que parecían escritos durante la misma. A pesar de todo, una vez finalizada la entrega de premios, la Señá Fina y tía Tita nos deleitaron con unas divertidas "anétotas" sobre el marisqueo juvenil a principio de los años cincuenta en la Costa da Morte.
Aquí dejo para disfrute de generaciones venideras el resultado de la justa, junto al menú servido y algunas imágenes simpáticas… Buen Provecho y Feliz Nochegüena!!
Figón de Yantar e Folgar
"La Fina"
Casa de Gula
1615
Especialidad en Gayina de las Indias y Reos asados
Donde se trae a colación la relación de viandas e manjares (nunca vistos en estos reynos) que se han de trasegar con motivo de los fastos de la Nochebuena
In citate Guadalaxara, die vigesimo quarto, mensis duodecimo. Anno Domini Nostri Iesu Christi MMIV
Agora se agosten o no los ingenios de tan grandes e imaginativos ingenios culinarios, que los frutos que ellos ofrecieren, en cualquier sazón que sean, han de ser de Vuesas Mercedes, a quienes se ofrecen estas delicias e manjares, no tan desabridos que no puedan dar algún gusto.
Creo que no quedarán quejosos, que lo bueno conocido prevalece sobre lo malo por conocer, y no es plato de gusto exponerse a sorpresas que pudieren ocasionar tabardillos pintados, tercianas, parasismos de la chola o males de ijada que hubieren menester de lavatorios de tripas recebidos por el sieso.
Ansí, condenadas nuestras ánimas a una eterna sensación de "Deja Vu", el Señor me libre de hacer de nadie malilla, el vocablo "tradición navideña" ha venido a quedar en punto de toda perfección.
Plugiera Dios se holguen V.M. de tan gentil novedad para sus excelsos paladares. ¡Ea! Hagan la salva y al turrón, que es de balde y de barato; y que tamaño agasajo les deje harto henchidos de cuerpo y alma, que alitargón destos jaeces no es para vísperas.
Y con esto, póngome a los pies de Vuesas Excelencias, firmes y verdaderos amparos de éste vuestro humilde servidor.
Que Dios les de salud y a mí paciencia.
VALE
Las Anfitrionas
Doña Fina de Díaz, marquesa del Vadillo, señora de la Torre del Ocaso.
Doña Emérita de Vázquez y Díaz, duquesa de Cabanillas del Campo (Señorío en venta)
Doña Ninón de los Querubines de Vázquez y Díaz, duquesa de la Puerta de los Pozos de la Nieve.
Los Invitados
Doña Tita de Díaz, archiduquesa de Campodón.
Don Santiago de López y Tallada, Caballero del hábito de Santiago,
General de Brigada, Médico de Pulso y Cirujano Barbero en los gloriosos tercios de su Católica Majestad el rey de las Aspañas a quien Dios guarde muchos años.
Don Rafael de Martín y Sainero, Escribano de la Villa y Corte (de mangas),
Caballero del hábito de fumar.
Doña Teresica de Jesusín de Váquez y Díaz, vizcondesa del Ferial.
Don Rodrigo de Martín y Vázquez, Hijodalgo Infanzón del Señorío de la Alcarria.
Don Arturo de Martín y Vázquez, príncipe de Beckelaer.
En donde se loan los entrantes (que al tiempo serán salientes) y se encarece de lo que piérdense los infieles por ser como son.
Esclarece limpieza de sangre
ponerse cerdo de gorrinos,
pues entre moriscos y rabinos
no está bien visto el fiambre.
Fiambre se queda uno
de ver a tanto churizo
tumbado entre salsichones...
¡Loncheados de jamones,
delicias de porquerizo!
¡Venga de York los rollitos!
¡Pongan la calefacción,
no nos quedemos pasmados!
Aunque en este gran salón
sea menester que el jamón
tenga los huevos hilados.
Don Rafael de Martín y Sainero.
PITANZA
Entrantes
Cosas fiambres e comederas de churre o pringue que corre de una cosa grasa, a saber:
Lonjeados de Lomo, de Pernil de la Sierra de las Algarrobillas, de Salsichón, de Churizo Cicatero, y todo género de carne de puerco picada y embutida en tripa.
Cañutos de Jamón de la Villa de York con huevo hilado.
Langostinicos en fondo de lechuga, aguacate y Kiwi
(Es el langostín pescado regalado, que si no se cuece vivo, con agua hirviendo, está la carne como estopa, sin tener cosa maciza que poder comer)
PITANZA
Primas Mensas
Gayina de las Indias reventona, que no se puede sufrir, empapuzada a lo de Baco con Cognac,
o "Gayina a la Cuñá, con Cuñá"
(Relleno: Nalgada de tocino, Fruta de Cuesco de Corinto, Mançana y Cebollines)
Acompáñase el platillo con escudillas de salsonas pringues en capirotada.
Secundas Primas Mensas
Reo al Horno
pescado de mucha estima y regalo, acusado de algún crimen y ajusticiado en zahurda.
Habiendo gente del norte
no faltará algún pescado,
con maestría guisado
en nuestra Villa y Corte.
Confites y Postres
Toda suerte de turrones: Alicante, Jijona, Chocolate con Almendras y Yema Tostada.
Pan de Nueva Gades del Sur, Manjar Blanco, Nueces Rellenas, Peladillas, Piñones y esotras melindres confitadas del mesmo jaez.
Bodega
En la mensa habrán apercibidas jofainas de Agua del Lozoya a trochimoche, y un sinnúmero de azumbres de Coca-Cola
(Es este bebedizo de las Indias trago dulzón y burbujoso, gentil desopilador de los conductos de la humana natura, de suerte que corren libres los humores y dejan la barriga henchida cual odre reventón, para mayor pesadumbre y ensanche de nuestros cuerpos, cuando no culposo de bizarras tormentas de cielo raso, enojos del padre Zéus en forma de tronadas sin cuento, que eso es muy insolente cosa oírlo y olello)
Cava, Moscatel y Vino "Señorío del Morapio"
Entre azumbres de Coca-Cola
cuélanse bien las viandas,
que Rollos, Reos y Pavas Blandas
forman en el gañote una bola.
Desta pantagruélica cena
guarde vuecencia recuerdo,
que si bien le ha aprovechado
se le olvidará la pena;
y si escapárase un regüeldo,
delo a Luzbel por brindado.
Trocado por milagro del cielo el de la Nochebuena en el Día de Acción de Gracias de los herejes calvinistas de la Nueva Inglaterra, procédese a recitar una
LOA A LAS RELLENADORAS
como prefecio a la tan anhelada
JUSTA POÉTICA
y Alabanzas justas a la bienaventurada
Santa Gayina de las Indias Occidentales Rellena
con motivo de su canonización y establecimiento del día universal de la mesma.
Entrega de Galardones
SEMILOA A LAS GAYINAS DE LAS INDIAS
Y SUS RELLENADORAS
Con mandil y jeringuilla
Doña Ninón de los Querubines,
conocida como Nines,
masacrará una avecilla
que no cantará al albor.
¡Desdichada gallinácea
víctima de la "falácea"
de estar llena de licor!
Doña Merchi Emeritense,
compinche de la citada,
anteriormente nombrada,
ayuda a cebar la pava.
¡Qué pava más bien cebada
quien sabe pelar la pava
pavorosa bienpavada!
Y dice Doña Ninón:
"Aquesto tiene que estar bueno"
y mientras pincha y espera,
lingotazo al botellón
que es farragosa cuestión
ver quien ha mejor relleno,
si avechucho o cocinera.
Rafael de Martín y Sainero
Doctas letradas de las cacerolas,
sapientes maestras de la cocinilla
que con tocino hacéis maravilla,
entre ollas, sartenes y perolas.
Si ha cien años fuera,
prestas a correr os viere,
pues según Picadillo dijere,
así un buen pavo se hiciera:
Comprad pues un ave al rústico,
oh, doncellas del aquelarre pavístico;
hasta el coma etílico emborrachallo,
colgallo y sin piedad decapitallo;
luego, sin repingos, desplumallo,
en canal abrillo, limpiallo,
y de grasas, al fin, untallo.
No queda sino al fuego cocinallo.
¿Vuestro cuajo sería el suficiente
para hacer la tarea eficiente?
¿Calmaríamos nuestras hambres
con semejantes fiambres?
Mejor calmaríamos nuestras barrigas
con lechugas, lentejas o migas.
Doña Teresica de Vázquez y Díaz
A quien San Pero se la dé
San Perico se la rellene;
pero siempre pava cene,
que es artículo de fe.
De fe en el bendito año,
que por ventura o milagro,
en vez de pava haya magro
(o cordero o calamares)
o bien cangrejo ermitaño.
Que ya es que nos da lo mesmo,
si siempre es mesmo el menú,
comer churros y riñones,
o la sopa de un "enfesmo",
o al mesmo abuelo bantú
en salsa verde y bambú.
¿Qué tenemos de menú?
¡¡La pava de los piñones!!
Rafael de Martín y Sainero
Si ha finado el animal
una autopsia ha menester
ya que se ha de esclarecer
caso tan elemental.
La pollipava finada, de resultas:
Degollada, desplumada, destripada,
rellenada, repetidamente inyectada,
cosida, descosida, trinchada, troceada,
masticada, boloalimenticiamente deglutida,
digerida, y por la posta ca...
...chis en la mar, lo que habrá de cenar.
El cadáver aparece
con mil quinientos pinchazos.
Se colige ensañamiento,
nocturnidad, alevosía,
e inflamación de bazo,
y de suerte rellenada
con tanta fruta de cuesco
que no hay rufián ni tudesco
que resista tal tronada.
Concluyendo, que es gerundio,
del óbito de la pava
no ha sido la culpa nuestra;
pero es culpa del relleno
si todo el negocio acaba
por separar la canal maestra.
Rafael de Martín y Sainero
Son de gran celebración
(sin duda de libro Güiness)
las pavas de Merchi y Nines,
pavas de repetición.
¡Que no repite el relleno!
(que el relleno está muy bueno)
¡Que el record no es de sabor!
(No se encarece mejor)
Pues el record es de veces
que he probado la receta
en "cienes" de nochebuenas.
Eleven a Dios sus preces;
queja humilde, bien discreta,
las barrigas pavillenas.
Rafael de Martín y Sainero
¿Para qué queremos pavo
si ya tenemos a Nines?
¿Por qué comer un pavo
relleno de kleenex?
¿Para qué queremos un pavo
si comemos en el faro?
Arturo de Martín y Vázquez
Tenemos un pavo relleno de nabo;
tenemos un pavo vendido por un tío del paro.
Cocinando y cocinando vamos serrando
los tornillos de relleno y lo dejamos lleno.
Tenemos un pavo, de relleno, un rabo;
tenemos un pavo, cortamos una mano,
la metemos dentro junto al cemento.
El pescado caducado
en la tienda lo han acuchillado.
El pescado maloliente viene de oriente.
Arturo de Martín y Sainero.
Más bien necios comentarios
desprecian nuestros esfuerzos...
¡Barahúnda de mastuerzos
que usan ripios ordinarios!
¡Con que esas nos tenemos!
¡Quéjanse Vuesas Mercedes
de aquestas nuestras mercedes!
¡Cuidado con los estrenos,
que Merchi es mucha Mercedes
para inflalla los rellenos!
Y aunque harto me de pena,
si siguen las tonterías
sobre pavas o perdices,
la próxima Nochebuena
comerán sus Señorías
un tuétano de narices.
Doña Ninón de los Querubines Vázquez y Díaz
Como no podía ser de otra manera, el premio de la "Pava de Plata" al mejor poema fue para Don Arturo, por su poema "Tenemos un pavo" |
lunes, 23 de diciembre de 2013
244.- Broche de Oro al 2013 de un "Aleti" de muchos kilates
Un partido trampa el de la vuelta de los dieciseisavos de final de la copa de Su Majestad el Rey de las Aspañas. Un rocoso y peleón San Andrés de Barsalona en busca de una miaja gloria puso en dificultades a un Aleti de circunstancias, plagado de suplentes. A escasos segundos de joder la estadística de victorias en el Manzanares, Toby Eldarveider marcó un gol que fue celebrado como si fuera el de la victoria en la final de la Champiñons Lij. ¡Así me gusta! ¡Muy bien, Hector, chaval! ¡Hala, a tomar por culo los polacos de la "samarreta cuatribarrat" (Camiseta anticonstitucional con los colores de la bandera del antiguo reino de Aragón)... "Samarreta" es una palabra asquerosa de decir, y más si la pronuncias con el acento engolado y pastoso de cualquier politicastro de Askerra Rapublikana. ¡No sé por qué tenemos que jugar estos partidos con equipuchos extranjeros! ¡Que se vayan a jugar la copa de Su Excelencia el Independentísimo Más! ¡Y los otros llorones igual... a jugar la "Lehendakari Cup", cooooño!!
Y sigue la liga... Ahora que volvemos a ser un Grande de Aspaña, cualquier idiota que pasa por el Calderón se pone a contar las vueltas del ventilador. El Levante, por ejemplo... ¡Y ahora los paletos del Real Mandril se lían a vociferar que nos ayudan los árbitros! ¡Manda cojones! ¡Desde el siglo diecinueve aguantando robos y señores trencillas con carnet merengue y ahora nos vienen con estas! ¡Envidiosos!... Bueno ¡Hasta el año que viene! Como sea como éste que acaba, les van a dar mucho por culo a los tres tontos del balón del oro (Ribery, Messi y Cristiano) y a sus tres putos clubs: el gabacho acabará de galán en Jólibu; la enana blaugrana acabará en la cárcel por fraude fiscal, blanqueo de dinero y narcotráfico; the "other one" Ronaldo acabará como figura de cera en Madeira; al Farsa y al Mandril les ganaremos la Copa del Rey y la Liga; y a los babosos bávaros del Bayern, la Copa de Europa de Campeones de Liga. ¡Luis Aragonés, va por tí!... ¡Raúl García, Selección! ¡Diegol Costa, Balón de Oro! ¡Cristiano Balón de Playa!.. Feliz 2014 rojiblanco... ¡Forza Aleti... Oé!
Pirata
Forofo por horas
243.- El Signo de Exclamación. Cuento de Navidad. Antón Chéjov
En la víspera de Navidad Efim Fomich Perekladin, consejero colegiado, se fue a la cama ofendido e incluso agraviado.
- ¡Déjame en paz, fuerza maligna! - le gritó con furia a su esposa cuando esta le preguntó por qué andaba tan sombrío.
Ocurría que acababa de estar de visita en una casa en la que se dijeron muchas cosas desagradables y ofensivas para él. Primero hablaron del provecho de la educación en general, pero después pasaron inadvertidamente al grado de instrucción de los funcionarios, expresando muchas quejas, reproches y hasta burlas con respecto a su bajo nivel. Y en ese punto, como suele suceder en todas las tertulias rusas, de los temas generales pasaron a los personales.
- Sin ir más lejos, tomemos su ejemplo, Efim Fomich - se dirigió a Perekladin un joven - Usted ocupa un puesto bastante bueno, pero ¿qué formación recibió?
- Ninguna, señor. Pero la formación no es un requisito para nosotros - respondió Perekladin con suavidad - Solo tienes que escribir bien y listo…
- Pero ¿dónde aprendió usted a escribir bien?
- Me acostumbré, señor… Tras cuarenta años de servicio uno adquiere destreza… Por supuesto, al principio fue difícil, cometía errores, pero después me acostumbré… y ya está…
- ¿Y los signos de puntuación?
- Y los signos de puntuación también… Los coloco bien.
- ¡Hum!... - se turbó el joven - Pero la costumbre no tiene nada que ver con la formación. No es suficiente con poner bien los signos de puntuación… ¡No es suficiente! ¡Hay que colocarlos a sabiendas! Usted coloca una coma y debe saber por qué lo hace… ¡Así es! Y esa ortografía inconsciente y refleja de usted no vale nada. Es producción mecánica y nada más.
Perekladin guardó silencio e incluso sonrió con dulzura (el joven era hijo de un consejero de estado y tenía derecho al rango de secretario colegiado), pero ahora, al acostarse, era todo indignación y furia.
- He trabajado cuarenta años - pensaba - y nadie en ese tiempo me ha llamado tonto a la cara, y de repente… ¡Toma! ¡Menudas críticas recibí! ¡Inconsciente! ¡Refleja! ¡Producción mecánica!... ¡Anda y vete a la mierda! ¡Si hasta es posible que yo entienda más que tú, aunque no haya ido a esas universidades tuyas!
Luego de dirigir mentalmente al crítico todos los insultos que conocía y de entrar en calor bajo la manta, Perekladin comenzó a tranquilizarse.
- Claro que sé… Yo entiendo… - pensó mientras se dormía - Si no pongo dos puntos donde es necesaria una coma quiere decir que comprendo, que entiendo. Sí, así es, joven, primero hay que vivir y trabajar, y después juzgar a tus mayores.
Perekladin conciliaba el sueño y en sus ojos cerrados, atravesando una masa de nubarrones sonrientes, pasó volando como un meteoro una coma de fuego. Tras ella siguió otra, y una tercera, y pronto todo el iluminado fondo negro que se desplegaba ante su imaginación se cubrió de densas masas de comas voladoras…
- Sin ir más lejos, tomemos estas comas… - pensó Perekladin, sintiendo que sus miembros caían en el dulce entumecimiento del sueño - …las distingo perfectamente… A cada una puedo encontrarle su lugar si quiero… y a sabiendas, no como venga… Hazme un examen y ya verás… Las comas se colocan en diferentes lugares, donde hacen falta y donde no. Cuanto más embrollado sale el documento, más comas hacen falta. Se colocan delante de "el cual" y de "es decir". Si en el documento se enumeran funcionarios, hay que separarlos con comas… ¡Lo sé!
Las doradas comas empezaron a dar vueltas y se alejaron. En su lugar aparecieron puntos de fuego…
-Y el punto se pone al final del documento… Cuando hay que dar una pausa grande y mirar al interlocutor también se pone un punto. Al final de todos los pasajes largos hay que colocar un punto para que el secretario, al leer, no se babee. Y no se ponen en ningún lugar más…
De nuevo aparecen las comas… Se mezclan con los puntos, giran… y Perekladin ve toda una multitud de "puntos y comas", y de "dos puntos"…
- Estos también me los sé… - piensa - …donde hay pocas comas y muchos puntos hay que poner un punto y coma. Antes de "sin embargo" y de "por consiguiente" siempre pongo un punto y coma… Y a ver, ¿los dos puntos? Los dos puntos se colocan después de las palabras "Resuleven", "disponen"…
Los "punto y coma" y los "dos puntos" desaparecieron, arribó entonces una fila de signos de interrogación. Estos brotaron de las nubes y empezaron a bailar el can-can…
- ¡Vaya una cosa el signo de interrogación! Aunque fueran mil sabría encontrarles su lugar. Se ponen siempre cuando hay que hacer una solicitud o, supongamos, pedir algún informe… "¿Adónde fue asignado el saldo correspondiente a tal año?" O "¿Considera la Jefatura de Policía que es posible atender a la susodicha Ivanova y etcétera?"
Los signos de interrogación inclinaron sus ganchos en señal de aprobación y en el acto, como siguiendo una orden, se estiraron y formaron signos de exclamación…
- ¡Hum!... Este signo de puntuación a menudo se coloca en las cartas. "¡Muy señor mío!" o "¡Su Excelencia, padre y benefactor!"… Pero en los documentos ¿Cuándo?
Los signos de exclamación se estiraron aún más y quedaron expectantes…
- En los documentos se colocan cuando… mmm… eso… ¿Cómo es? En efecto… ¿Cuándo se ponen en los documentos? Espera… No me acuerdo… ¡Hum!
Perekladin abrió los ojos y se volvió sobre su otro costado. Pero no hizo más que cerrar los ojos cuando sobre el fondo negro otra vez aparecieron los signos de exclamación.
- ¡Qué se los lleve el Diablo!... ¿Cuándo hay que ponerlos? - pensó, intentando expulsar de su imaginación a esos huéspedes no invitados - ¿Acaso lo he olvidado? O me he olvidado o… nunca los he puesto…
Perekladin empezó a recordar el contenido de todos los documentos que había firmado en sus cuarenta años de servicio; pero por más que pensara, por más que frunciera el ceño, en su pasado no encontró ni un solo signo de exclamación.
- ¡Qué chasco! Cuarenta años escribiendo y nunca he puesto un signo de exclamación… ¡Hum! Pero ¿Cuándo se coloca este demonio estirado?
Por detrás de los signos de exclamación de fuego apareció el morro mortificador y burlón del joven crítico. Los propios signos se sonrieron y se fundieron en un gran signo de exclamación.
Perekladin sacudió la cabeza y abrió los ojos.
- ¡Que demonios! - pensó - Mañana tengo que levantarme para la misa de maitines y esta alucinación diabólica no se me va de la cabeza… ¡Puf! ¡Así no dormiré en toda la noche!... ¡Marfusha! - gritó dirigiéndose a su esposa, que solía jactarse de que había terminado el instituto - ¿Tú sabes, cariño, cuándo se coloca el signo de exclamación en los documentos?
- ¡Estaría bueno no saberlo! No en vano estudié siete años en el instituto. Me sé toda la gramática de memoria. Este signo se coloca en los saludos, exclamaciones y en las expresiones de entusiasmo, indignación, alegría, ira y otros sentimientos.
- ¡Ah! - pensó Perekladin - entusiasmo, indignación, ira y otros sentimientos.
El secretario colegiado quedó pensativo. Se había pasado cuarenta años escribiendo documentos, redactando decenas de miles de ellos, pero no recordaba ni una sola línea que expresara entusiasmo, indignación o algo por el estilo.
- Y otros sentimientos… - pensó - ¿Pero acaso hacen falta sentimientos en los documentos? Si hasta un insensible puede escribirlos.
El morro del joven crítico se asomó otra vez por detrás del signo de fuego con su sonrisa mortificadora. Perekladin se incorporó y se sentó en la cama. Le dolía la cabeza, y por la frente le corrió un sudor frío… En el rincón ardía suave y débilmente la lamparilla, los muebles lucían magníficos, limpios, en todo se sentía la calidez y la presencia de una mano femenina, pero el pobre burócrata tenía frío y se sentía molesto como si hubiera enfermado de tifus. El signo de exclamación flotaba ya no en sus ojos cerrados, sino ante él, en la habitación, junto al tocador de su mujer, y le hacía guiños burlones…
- ¡Máquina de escribir! ¡Máquina! - le susurraba el espectro, soplando sobre el funcionario un frío seco - ¡Pedazo de madera insensible!
El funcionario se cubrió con la manta, pero también allí abajo vio el espectro; pegó el rostro contra el hombro de su mujer y por detrás de este asomaba lo mismo… Toda la noche padeció el pobre Perekladin, pero de día tampoco lo abandonó la aparición. La veía en todas partes; en las botas que llevaba, en el platito del té, en la Orden de Stanislaw…
- Y otros sentimientos - pensaba - Es verdad que no ha habido sentimiento alguno… Ahora voy a casa del jefe a firmar, pero ¿acaso eso se hace con sentimiento? Uno firma así, sin más, como una máquina de felicitar…
Cuando Perekladin salió a la calle y llamó a un cochero, le pareció que en lugar de este era un signo de exclamación quien conducía el coche.
Al llegar al recibidor de la casa del jefe vio, en lugar del portero, al mismo signo… Y todo le hablaba de entusiasmo, de indignación, de ira… La mano con la pluma también parecía un signo de exclamación. Perekladin la tomó, la mojó en el tintero y firmó:
"¡¡¡Secretario colegiado Efim Perekladin!!!"
Y, al colocar esos tres signos, se entusiasmó, se indignó, se alegró y ardió en ira.
- ¡Ahí tienes, ahí tienes! - balbuceó, presionando la pluma.
El signo de fuego se sintió satisfecho y desapareció.
Antón Chéjov, Rusia, 1885