89.- Batman: The Doom of the Rising Sun

Lewis Wilson, to machote, con un cinturón plateado comprado en la tienda "Pipas y Cosas"

“Batman” TV Serie (1966) Música de Neil Hefti

Ni Tim Burton, ni Christopher Nolan ni hostias… Hacedme caso... ¡Lambert Hillbert! El director de “The Batman”, el serial por capítulos que Columbia lanzó en 1943. ¡Un profesional! ¡Eso sí que eran efectos especiales, chavalines!

El mítico (y legendario) (y de culto) cartel promocional de la mítica (y legendaria)
(¡y de culta!) serie de los años 40 "The Batman", con Shirley Patterson
como "La Señorita Page"

En los ancestrales tiempos en que el Rastro de Madrid se reconocía a sí mismo y todavía se podía comprar y vender absolutamente cualquier cosa, mi padre lo recorría los domingos por la mañana y raro era el día que no apareciera en casa con algún botín sustancioso. A veces yo le acompañaba y, fascinado entre las piernas de una multitud ingente, solía perderle la pista y como por arte de magia acababa de la mano de algún señor de Murcia al que no había visto en mi vida. En el botín dominical solía haber cocos frescos; también trozos de raíz de una planta afrodisiaca llamada "glycyrrhiza glabra”, que nosotros para abreviar llamábamos “palitroques de palolú pa chupar”; ejemplares de contrabando del “Playboy” edición USA (en esa época, lo más porno que se vendía en los kioscos de prensa eran las fotonovelas de “Corín Tellado”); otro coco... ¡Yo que sé, de todo! Un día apareció por la puerta con un pato amarillo ¡vivo!, otro tronco de “Palolú” pa chupar, alguna peli porno alemana en versión 8 mm., otro coco… En cierta ocasión, entre los rollos cinematográficos de “Fraulains chupss grossen potorren” apareció el último capítulo de un fabuloso serial de serie B "The Batman: Episodio 6: The Doom of the Rising Sun"". 

¡Pues bien ricos que estaban los cocos! ¡Y el palolú, dulzón, dulzón, pero que te entretenías un mazo...
¡Y venga a chupar! ¡Y venga a chupar! Cómo las magras protagonistas de "Fraulains schurrup grossen Zipoten 2"

La cinta, tras uno o dos pases por el proyector, sin demasiado éxito de público y crítica, durmió el sueño de los justos en las estanterías del salón-comedor. Hasta el glorioso momento en que a mi padre se le ocurrió la estupenda idea de inventar un engendro mecánico que colocaba una tirita de banda magnética en el lateral del rollo de celuloide, a la derecha de los fotogramas. Mis hermanos y yo nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos, ya que aquel avance científico nos permitió meternos de lleno en el fascinante mundo del doblaje cinematográfico. 

Como “The Doom of the Rising Sun” era de las pocas películas reconvertidas a sonoras por mi papá a las que no se les caía la tirita de banda magnetofónica (algún problema con uno de los compuestos químicos del adhesivo, creo) se convirtió en el juguete del mes. El improvisado resultado del doblaje fue una surrealista banda sonora que mezclaba los futuristas fragmentos de la música de sintetizador de Klauss Schulze, con efectos sonoros de bofetones a base de aplausos cutres, o el ruido del envío de un teletipo hecho por la boca de un titiritero (¡¡ti, ti, rí, ti, ti rí, ti, ti, rí!!). El caso es que fue una “risión” total, no solo el cutre proceso de doblaje, sino cualquier posterior visionado. 

El malvado Doctor Daka ordenando a una muy hipnotizada Señorita Page (que está fuera de plano)
darle una hostia al hombre "murciégalo". La pena es que no le diera otra al cabezón de Robin.

Lamentablemente, no sé qué fue de aquella joya del séptimo arte que aunaba lo peor del Hollywood de los 40 con lo peor del Carabanchel de los 70. Lo mismo tengo una copia por ahí entre los millones de cedeses apiñados. Pero queda el recuerdo, y por supuesto, gracias al magnífico youtube que todo lo tiene, el original. ¡Helo aquí!

Final alternativo que no fue aprobado por la Comisión Ejecutiva
del Comité de Investigación de Actividades Antiamericanas
(actividades con lengua como ésta, por ejemplo)

Luego mucho Comité, mucha hostia y se les cuela entre los cómics una viñeta como la de Timmy ¡Qué triste!
Flipad también con el Superman del cartel del centro. Los calvos del fondo se preguntan lo mismo que
vosotros: ¡¡Pero si es un anciano!!