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viernes, 28 de junio de 2013

181.- 28 de Junio: Un buen día para salir del armario

“¿Cuándo, hasta ahora, se había visto a una maricona contraatacar?... 
Pero ahora los tiempos están cambiando. 
El martes fue la última noche de aguantar gilipolleces... 
Predominantemente, la consigna era: 
“¡Ya está bien de abusos… Esta mierda se tiene que acabar!”

Participante anónimo en los disturbios de Stonewall, 
Greenwich Village, New York. 28-6-1969


"Los tiempos están cambiando" (Bob Dylan)


Veinte y ocho de Junio del año de Nuestro Señor Jesucristo de dos mil y trece: 
Querido diario: Después de varios días escondido en un armario, ya que mi cónyuge me buscaba por toda la casa con una sartén en la mano, he decido salir. Y me he conjurado a escribir sobre lo que el día de hoy representa.



¡Quién nos iba a decir a los chicos de nuestra generación, ahítos de escuchar a los curas advertirnos de que se nos caerían los huevos e iríamos al infierno si nos tocábamos la chorra con ideas concupiscentes, que en estos convulsos días de principios del siglo XXI habría en el Vaticano un poderoso lobby (o grupo de presión) gayer! ¡Serán hipócritas! Todos nosotros, de rodillas, haciendo penitencia, mientras ellos, de rodillas, haciendo… bueno, haciendo lo que hagan cuando se ponen de rodillas.

"Una gran cantidad de cabezas fueron golpeadas aquella noche, mucha gente fue herida… Pero todos ellos 
volvían a atacar. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que nada nos podía detener en ese momento, 
o en cualquier momento en el futuro". Rudy "Recordando Stonewall"

Corría el final de los años 60 del convulso siglo XX. En EEUU chocaban aun frontalmente la intolerancia tradicional a la lactosa, los negratas, los drogatas, los rockeros ye-yés melenudos y los homosexuales, con un movimiento libertario perroflaútico jipioso que se supone luchaba entre ajo y ajo por los derechos civiles. 
En el Village neoyorquino, capital mundial del “underground” y la contracultura por aquellos días, había un bareto llamado “Stonewall Inn” que pertenecía a la familia mafiosa de los Genovese. El local era un garito de mala muerte frecuentado por jovenzuelos afeminados, drag queens, chaperos, travelos emplumados y bujarrones de medio pelo que bailaban al ritmo de Zappa o Los Doors, fumaban su hierba tranquilamente y se la chupaban en los servicios sin meterse con nadie. Los mafiosos utilizaban el pub como tapadera para el tráfico ilegal de alcohol y tabaco, y usaban la trasera del local para dar alguna que otra paliza a algún muerto de hambre al que se le había pasado el plazo de pago de una deuda de juego. La bofia estaba untada para hacer la vista gorda y cobraba puntualmente su “gayola” (soborno en efectivo). De tarde en tarde los maderos hacían una redada de paripé para guardar las apariencias ante el comisario Gordon.


Pero he aquí que un día, el polizonte que iba semanalmente a cobrar la gayola, tuvo sus más y sus menos con el gorila de la puerta, por lo que el agente de la ley y el orden se fue sin cobrar y con 2 costillas rotas. El 28 de junio de 1969 la policía contestó a los Genovese con una redada desproporcionada y violenta. Mientras metían a la peña a hostias en los furgones policiales, se empezó a arremolinar mucha gente cerca del bar y comenzaron a increpar a los maderos. La policía trató de contener a la muchedumbre y derribaron a algunos de los participantes en la improvisada manifestación, lo que encendió aún más a los presentes. Se lió la de Dios es Cristo. Algunos de los arrestados se escaparon mientras la chusma pinchaba las ruedas y trataba de volcar los furgones. Alguien gritó que todo este acoso sucedía porque no habían pagado a los policías, por lo que alguien más gritó, "¡Paguémosles!" Las monedas y los botes de birra (llenos) volaron entonces por el aire hacia los polis y los rebeldes gritaron "¡Cerdos!" "¡Nos habéis dejado sin cerveza!" y "¡Polizontes maricones!"... Los exaltados encontraron un solar en construcción cercano donde había un chorrote de palés llenos de ladrillos. ¡Pá qué queremos más!... La policía pidió refuerzos mientras los vecinos del barrio bajaban a la calle... ¡Era la gran fiesta!
Los antidisturbios formaron en falange e intentaron despejar las calles marchando despacio y dispersando a la multitud. La peña se burlaba abiertamente de la policía. La multitud comenzó a improvisar canciones de cancán ("Semos, semos, las vedetes, de los cabaretes, de la capital, ña, ña, ña, ña, ña…") y a cantar la melodía del “The Howdy Doody Show” con la siguiente letra: "Somos las chicas de Stonewall / Nuestro pelo es rizado / No llevamos ropa interior / Os enseñamos el pelo de nuestros chochitos"


Offenbach "Can Can"

Varios relatos sobre los disturbios afirman que no hubo organización previa ni causa aparente para la manifestación, y que lo que había ocurrido fue totalmente espontáneo.
Uno de los presentes, Michael Feder, dijo al respecto: 
Había un sentimiento colectivo de que habíamos soportado lo suficiente de esta mierda. No era nada concreto, algo que alguien le hubiera dicho a otro, era la gota que colmaba el vaso, algo así como que todo lo que había ocurrido a través de los años se había acumulado en esa noche y lugar específicos, y no fue una manifestación organizada... Todos en la multitud sentimos que era un punto sin retorno, que nunca nos veríamos en otra igual… Era hora de reclamar algo que siempre se nos había arrebatado... Allí estábamos todo tipo de personas, con todo tipo de motivaciones, pero sentíamos la misma indignación, el mismo enfado, la misma pena, todo combinado, y así fue como todo siguió su curso. Y sentimos que por fin teníamos libertad, o libertad para por lo menos demostrar que exigíamos libertad. Ya no íbamos a caminar sumisamente por las noches y dejar que se metieran con nosotros. Nos mantuvimos en nuestros trece por primera vez y eso fue lo que sorprendió a la policía. Había algo en el aire, libertad que hacía falta desde hacía mucho tiempo, e íbamos a luchar por ella. Ya no íbamos a ceder. Y no lo hicimos.

2 Razones "de peso" para no ir a la marcha del Orgullo Gay / Rajoy y su nuevo contable / Vader Flower Power

Y a partir de aquel día, todo cambió. Cada 28 de junio se celebraría el día del orgullo gay... Surgirían “Village People”, La Veneno y su pitón, El duque de Feria, los "Sweet", el bar “la Ostra Azul”… 
Aquella gresca en la gran manzana liberó algo que crecería como la espuma y que nos ha llevado hasta nuestros días, donde tenemos que soportar espectáculos tan bochornosos como los de Jorge Javier Vázquez bailando to pedo en bolas encima de una carroza y aguantar a ciertos “colaboradores” de la Campos, que, las cosas como son, al margen de homofobias, tienen un bofetón bien dao. 



Village People "Macho Man"

Pero además de para homenajear a una panda locas que un día se atrevió a tirar una lata a la poli (cosa que hacen todos los domingos los ultras en el fútbol y nadie instaura el día del orgullo forofo) estamos aquí para rendir pleitesía a San Sebastián, alias Don Osti. Este santo es el patrón de los gayers creyentes. Y lo es, ya ves tú, porque infinidad de artistas lo han representado desnudo y en bolas... ¡Manda cojones! Esto si que es piadoso... ¿Y quién fue Sanse, si puede saberse?



"San Sebastián Martir" de Guido Reni


San Sebastián  llegó a ser jefe de la 1ª cohorte (2ª manípula, 1ª centuria) de la guardia pretoriana imperial del ejército romano y hombre de confianza del mismísimo emperador Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto. Era cristiano en secreto y no participaba en los sacrificios paganos por considerarlos idolatría. Ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitando y alentando a otros cristianos encarcelados. Acabó por ser descubierto y denunciado al nuevo co-emperador, Maximiano, quien le obligó a escoger entre seguir siendo soldado o seguir la Fe de Jesucristo.


Hans Paur "Martirio de San Sebastián" / Anónimo "Retablo de San Sebastián" 1493-1494 Museo Wallraf Richartz

Sebas eligió lo segundo, por lo que fue condenado a morir asaeteado. Los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste, y lanzaron sobre él una lluvia de flechas. Dándolo por muerto, los legionarios se retiraron, pero sus amigos, al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene que lo mantuvo escondido y le curó las heridas hasta que quedó restablecido. Sus amigos le aconsejaron que se diera el piro de Roma, pero Sebas, que además de santo era idiota, se negó rotundamente. Se presentó por todo el morro ante el emperador y le afeó su costumbre de perseguir cristianos. Maximiano mandó llamar a sus arqueros y les preguntó si les habían dado el carnet en una tómbola. Con esta puntería – dijo – no me extrañaría que los bárbaros acaben tomando Roma. Maximiano mandó esta vez que lo azotaran hasta morir. Nada de flechas, advirtió, y los soldados cumplieron sin errores la misión, tirando su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. Con el tiempo, pasaría a ser uno de los santos mártires más venerados por católicos y ortodoxos.


"El Martirio de San Sebastián" Grabado de 1465

San Sebastián es uno de los santos más reproducidos por el arte en general. Y lo es, no por devoción, sino porque permitía a los pintores y escultores representarlo casi en pelota picada. Unos lo hacían por amor al dibujo al natural y la mayoría porque eran un poco gayers y se ponían cachondos pintando o esculpiendo a un tío cachas atado a un árbol o a una columna y ataviado tan solo con un trapejo que dejaba poco a la imaginación. El Clero permitía todo esto porque los curas también se ponían palotes ante la visión de la tableta de chocolate del apuesto legionario romano.


Diferentes versiones de Mategna, El Greco y Ribera

Más pinturas sobre el tema: La de Rubens no podía faltar. A su derecha, gran composición de Antonio Bellucci. Luego podemos ver la tabla de Calvera, que muestra un encuentro entre San Sebas y San Roque, acompañado por su famoso perro (Aquí aun con rabo) Sorprende la templanza y serenidad que muestra Sebas, a pesar de estar breado a flechazos, y la pachorra de Roque y su amigo el ángel enano, que van a su rollo, y no hacen nada para ayudar al pobre mártir. Para terminar la serie, magnífico óleo de Alonso Sánchez Coello de  1582 "San Sebastián entre San Bernardo y San  Francisco".


Sergio Buczacki / Martinelli y su estilo "estampita" de monja / No sé quien a pintado este, pero el tío controla.
Piero Perugino, apurando al máximo el taparrabos, se le ve el plumero (o la pluma) de lejos.

Carracci: "Romanos embalando a Sanse con poca maña" / Boulanger : "Sanse zombi se aparece Maximiano" /
En esta bella pintura de Giovanni Bellini, al pobre Sebas, las heridas de flecha no parecen dolerle demasiado,
pero la charla del dominico le tiene "cuasi" cataléptico.

Los escultores también han hecho unos cuantos Sanses: el de Berruguete mola más que el Juan Priego, que como no tenía flechas, lo ha solucionado con unos dardos, el tío cutre. Gorka Estrada nos obsequia su versión a lo "Saw", con muchos pinchos. Preciosa composición de Antonio Giorgetti en su San Sebastián yacente. También podemos admirar en la imagen, la preciosa estatua dedicada al santo en Maracaibo.


También hay versiones de Santa Sebastiana, como no...

Ilustración de relleno / Nat Oliva "Sebastiana" / Sandro Becucci "Sta. Sebastiana herida de amor "/ Subreal version.

Fotografía flipante de Gary Breckheimer / Santas Sebas buenorras varias.

Gaela Erwin y otras curiosidades.

Más ilustraciones cucas, entre ellas, "San Balleno arponeado", una de Lita Mora, un autorretrato de Egon Schiele, en su famoso cartel, y un Sanse trocado en ángel por Sekigushi...



Al igual que Oscar Wilde, el escritor japonés Yukio Mishima, también quedó fascinado por el San Sebastián de Guido Reni. Mishima se haría fotografiar por Kishin Shinoyama en la misma pose, y escribió en su novela autobiográfica “Confesiones de una máscara”: "En aquel cuerpo sólo había juventud primaveral, luz, belleza y placer. No es dolor lo que emana de su terso pecho, sino una llama de melancólico placer, como el que produce la música....las flechas se han hundido en la carne tersa, fragante y juvenil y pronto consumirán el cuerpo desde dentro con llamas de supremo dolor y éxtasis."

Al igual que Yukio, otros famosos han posado haciendo el Sanse: Michael Jackson y Sebastian Moura, por ejemplo.

En los 60, una portada de Esquire se hizo mundialmente conocida. El campeón del mundo de los pesos pesados, Muhammad Ali, posaba como San Sebastián.

Alí era super popular y tuvo la oportunidad de fostiar a Fidel, a los Beatles e incluso a Superman. ¡Un fiera, el tío!

Parodias de la famosa portada proliferarían como la espuma. Más allá, Alí y Don King leyendo el famoso cómic.

Pierre & Gilles "San Sebastián de la Mar" y otros / "Reaco como SS" de Victor Carriba

Anthony GAYton "San Sebastián" y  "Baco y Sergio" Fotos super gayers...

El gran dibujante de cómics Ralf Köning también dibujó su particular Sanse, to masoka.

La Publicidad no es ajena al fenómeno: Campaña para Rodenbach beer (2005) / Cristalera / Infografía 3D / Sello

El sacrificio de tener un cuerpo 10 comparado con el martirio de SS / Rafa di Luzio y Keith Haring con
sus versiones poperas del Martirio de San Sebastián.

Keith Grant ilustra el cartel Circus Maximus / Alfred Courmes / Nicolás Heidelbach

Joanna Chrobak / PubmnpSkoczylas72 / "SS Protector del S.I.D.A." Tony de Carlo.

Laura Luna y Zenil

Peter Colstee "Mishima 1 y 3" / Ilus japos buenísimas.


Y aquí termina este homenaje a la gente del Village y del Stonewall Inn, y a San Sebastián, alias Don Hostias, alias el bello Easo, rebelde en el Imperio Romano, mártir del cristianismo, modelo de belleza masculina y musa pecaminosa para monjas y frailes, icono sadomaso y afiche gay. Desde hace más de quince siglos, la figura del  santo viene siendo revisitada una y otra vez por la pintura, la literatura, la historia y el cine. Y por El Pirata Fanzine... ¡Feliz día del Orgullo Gay, maricón! (y lesbis, claro)

2 comentarios:

  1. Varilla nos comenta desde su feisbus:
    Estupendo artículo doble. Enhorabuena!
    A lo que contestamos:
    Muchísimas gracias, Maestro! Para la próxima, un monográfico sobre el gran Mishima, que merece la pena.

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  2. Al otro lado del Sanse de Lita Mora está uno de Rubén Sáez. Este autor me hizo uno con mi cara -no la de ahora, por supuesto- y quedó divino.

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