El platito de revuelto
Dos amigos alcarreños hablaban de un tercero, oriundo de Madrid.
- La verdad es que el Segis era un poco rata, las cosas como son, no es por criticar ¿Te acuerdas de aquel día?
- Si, el día que estuvimos tomando unas copas, y nos pusieron un aperitivo que se comió él solo.
- Cuando se lo recriminamos aludió que el aperitivo era un platillo de revuelto de morcilla. Saladísimo. Y que era suyo. De hecho, al lado del platillo de revuelto de morcilla (saladísimo), había otro platillo, este lleno de cascajo kikos, pipas y garbanzos torraos. Según él, ESE era nuestro aperitivo. ¿Y por qué dijo aquello? Pues, siempre según él, porque la ronda constaba de dos gin tonics y una caña. Y nadie pone revuelto de morcilla como aperitivo para un gin tonic. Lo mismo tenía razón, pero obviaba que somos de Guadalajara. Y aquí las cosas gratis son sagradas y hay que compartirlas.
Los dos amigos no volvieron a sacar el tema, pero estoy seguro de que cuando el alma del tal Segis rinda cuentas al altísimo, el día de su óbito, nadie se acordará de los garbanzos torraos. Todos recordarán que no era mal tipo… eso sí, un poco rata. ¿Te acuerdas del día del revuelto de morcilla salado que se engulló él solito?
Rafa Martínez Sainero, Pirata, Guadalajara, 2015
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