En la primavera de 1997, a finales del siglo XX, me llamó por teléfono mi colega Carlos Moraleda, un simpático borrachín de gin-tónics, antiguo gestor de estudio de diseño, que aun se curraba algún trabajo que otro bajo cuerda. Al parecer, una prestigiosa agencia de publicidad estaba preparando un gran proyecto para cambiar de raíz la imagen obsoleta y oficialista del Congreso de los Diputados y necesitaban ideas previas, conceptos y bocetos para un nuevo logotipo desde el que originar una completa y solida identidad corporativa.
-Nada del otro mundo, Pirata… - comentó Moraleda - alguna idea suelta que otra, ni siquiera muy acabada… Layouts, bocetos previos para trabajar sobre ellos. Con 2 o 3 me valen.
- ¿Pero esto te lo van a pagar, Carlitos? – advertí amostazado por previas experiencias.
- Sí claro… No demasiado en la primera fase, 15.000 pesetas u así… Pero si alguno de los bocetos gusta… y se desarrolla, ya estaríamos hablando de 100.000 calas, fácil.
No es que me fiara mucho, pero dado que el chaval me caía bien y en el pasado me había conseguido bastantes encargos, decidí aceptar el trabajo.
En uno de los bocetos, decidí utilizar el símbolo más icónico y que mejor representa la imagen del edificio: Los leones de bronce. Lo reduje a uno, por ser ambos iguales. Utilicé una foto con una perspectiva picada en la que se veía el frontispicio y varias columnas. Mediante retoque digital solaricé la foto y la convertí en un contrastado blanco y negro. Luego, con la imagen de fondo, calqué las zonas negras con un pincel, para darle un aire casual y suelto. Las columnas y el frontispicio las reduje a unas finas líneas de rotring y a unas someras sombras.
No ha quedado mal – pensé - quedé con Moraleda, me invitó a una caña mientras él se ventilaba dos gin tonics y alababa mi trabajo.
- ¡Qué mano tienes, Pirata! ¡Fijo que nos llaman!
Transcurrió el tiempo, Moraleda pasó a ser un recuerdo, apenas un rumor sobre un camarero borrachín que trabajaba en una tasca de Hortaleza. El trabajo realizado pasó a los archivos de mi contabilidad como:
Fecha: 20 Mayo 1997
Cliente: Carlos Moraleda
Concepto: Bocetos e Ilustraciones Logotipo “Congreso de los Diputados”
Importe: 15.000 pesetas
Estado Pagos: Expediente X
Pasados unos meses cuál no sería mi sorpresa cuando veo en los informativos de la televisión que todo el Congreso de Sus Señorías está lleno de cristales vinilados con mi leoncito a brochazos. La sala de prensa, los pasillos… todo. Durante un tiempo se me quedaba cara de tonto al verlo, ahora ya, convencido hasta el tuétano de la futilidad y lo efímero de la vida, tan solo esbozo una tímida sonrisa y experimento un leve sentimiento de orgullo al comprobar que parte de mi talento es parte del símbolo de la sede de los máximos representantes del pueblo de mi país. Un bonito logotipo robado por y para ladrones. No merecen otra cosa… Justicia poética.
Rafael Martínez Sainero, Pirata 2015
Mi reconocimiento sí que lo llevas puesto, maestro. Eso y la constatación de que lo que cuentas es pura verdad en este país-tugurio donde los chorizos están codos a la barra tomando gintonics o lo que sea y no en el plato de los aperitivos. Como a mí también me ha pasado bastantes veces, soy de tu gremio. Algún día...algún día...
ResponderEliminarY que tú lo veas, mi querido amigo... Pero la naturaleza humana es pertinaz... Aun así hubo otros logos que sí me pagaron, jajajaj No problemo. Muchas gracias por tu comentario y tu apoyo. Solo quería dejar constancia.
ResponderEliminarUn abrazo.
En fin, así se escribe (o se diseña) la historia. Una injusticia, desde luego. Menos mal que te sobra sentido del humor y sabiduría para encajar este robo. Enhorabuena por tu trabajo, lleve tu firma o no.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Carmen. Todo en la vida queda reducido a un simple recuerdo, bueno o malo. El dinero solo es humo. El reconocimiento de un amigo, sin embargo, lo es todo.
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