Rebuscando entre las tripas de la monstruosa red virtual encuentro, tirado entre los comentarios de una web literaria, el relato enorme de una magnífica escritora. Se lo tomo prestado, confío en que no se moleste, le soplo las pelusas y lo tiendo aquí, para el que quiera disfrutarlo.
La vida misma, sin puntos ni comas, la edad de la inocencia, que a veces es la misma que la de la maldad, que surge del anonimato del grupo, de los que abusan del débil, de los demonios de siempre.
Me acuerdo
Recuerdo a mi hermano enfadado furioso de repente estaba allí y debió correr mucho volar alguien le llamó yo estaba en la otra punta del parque nuevo ellos reían más grandes que yo él mayor que ellos seguían riendo pero menos si obedeces eres buena obedecer es bueno yo soy buena está furioso risas bájate las braguitas soy buena obedezco risas algo pasa pero no sé qué es más abajo hasta las rodillas él está allí me ha visto de lejos no no se lo han dicho alguien fue porque algo no estaba bien porque no todos reían está furioso cabrones insultos menos risas no veo nada miro al suelo tengo miedo algo va mal mi hermano me mira enfadado cabrones tiene tres años la vergüenza el miedo vuelan del tirón que me da mi hermano está furioso yo sabía que algo no iba bien pero soy buena obedezco si obedeces eres una niña buena él está enfadado solo recuerdo sus ojos las risas la vergüenza pero no recuerdo qué hice mal nadie me lo explicó yo solo fui una niña buena
María José
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