lunes, 30 de abril de 2012

5.- Micro Relatos. Otra forma de narrar; EL ESPEJO, Cuento Chino


Englobado en los actos de un curso sobre creación literaria que programó en su día la Biblioteca de Guadalajara, Castilla, tuve el placer de asistir a un encuentro con el académico y escritor José María Merino. La Charla Coloquio, por así llamarla, fue muy didáctica y amena y versó sobre una modalidad narrativa cada vez más en auge: el Micro Relato.
Como su propio nombre indica, el Micro Relato es una historia contada en muy pocas palabras, una narración escueta, densa. Un relato breve que muchas veces queda abierto, para que el lector complete en su mente lo que subyace en tan pocas lineas de texto.

Merino, que prefiere llamarlos "Mini Cuentos" o "Cuentos Quánticos", nos da su particular visión acerca de la creación literaria:

"La Humanidad construye su realidad a través de la ficción. La realidad siempre está ahí, en la Naturaleza, en el Universo, donde las cosas ocurren, sin más, pero los seres humanos las interpretan, las pasan por el tamiz de su inteligencia, de su imaginación, y las transforman. Podríamos decir que Literatura es la historia narrada de lo que nos pasa, algo así como el instrumento que nos permite no sólo viajar por la realidad de la vigilia, sino también por la realidad de los sueños. Y no se puede viajar por esos dos sitios a la vez sin utilizar la fantasía y la imaginación."

Preguntado sobre cuales serían las claves para construir un buen Micro Relato, Merino nos comenta que no hay ningún secreto, que "Básicamente tienen que tener movimiento, cambios, interés... y sobre todo, Sorpresa".

José María Merino, que nos aconseja encarecidamente leer los cuentos de Chejov como ejemplos de relatos cortos perfectamente construidos, hace una encarecida y romántica defensa del libro como vehículo ideal de transmisión de cultura:
"La realidad virtual de los medios audiovisuales y la informática abren nuevos espacios, pero sigue habiendo un viaje secreto, que sólo puede hacer cada uno, y que se hace a través de las palabras escritas. Y es un viaje maravilloso, estimulante, no necesita pilas ni software sofisticado. Luego hay otros aspectos, como el gusto por la aventura o el valor de la amistad; pero sobre todo es que los libros en sí mismos son un gran placer, si sabemos encontrar el camino de entrada, que ha de contar con paciencia y un poco de generosidad por nuestra parte. Lo demás se dará por añadidura. Y será un idilio para siempre."

Merino es un escritor cercano, que sabe transmitir el entusiasmo que siente por su vocación y por su trabajo. Durante la conferencia, nos va obsequiando con la lectura de diversos ejemplos de Micro Cuentos, unos suyos y otros ajenos, que hacen las delicias del auditorio. Este - nos dice - es un cuento chino milenario, anónimo, que contiene la esencia de lo que debe ser un buen relato corto.




    En un pueblo perdido en una lejana montaña de China, vivía una familia de campesinos. Ninguno de sus miembros había viajado a la gran ciudad y no conocían las maravillas del Imperio. Un día, acuciado por la necesidad, el campesino hubo de irse a la capital para intentar vender allí la cosecha de arroz de ese año. Antes de partir, el aldeano preguntó a su mujer si deseaba algo de la ciudad y ella le pidió un peine.
    Tras vender su arroz en la ciudad, el campesino se reunió con unos compañeros para celebrarlo, y bebieron y bailaron largamente. Llegó el momento de regresar y de pronto, un tanto confuso, se acordó de que su mujer le había pedido algo, pero ¿qué era? No lo podía recordar.
    Entonces compró en una tienda un objeto que nunca había visto y lo maravilló: un espejo. Y regresó al pueblo.
    Entregó el regalo a su mujer y se marchó a trabajar sus campos. La mujer se miró en el espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La madre le preguntó la razón de aquellas lágrimas.

    La mujer le dio el espejo y le dijo:

- Mi marido ha traído a otra mujer, joven y hermosa.

La madre cogió el espejo, lo miró y le dijo a su hija:

- No tienes de qué preocuparte, es una vieja.


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