miércoles, 20 de marzo de 2013

156.- La Interpretación de los Sueños. Freud, ese enfermo.


Rebuscando entre la montonera de "papelajos" que atiborran las estanterías de mi salón, di con una de las magistrales lecciones del legendario a la par que mítico Curso de Micro Relatos de BiblioGuada 2011. ¡Lección inédita e inaudita, oiga! “Me se” había pasado ponerla… Pertenecía a la lección 5 “Temas” en su segunda parte, que el bueno de José Antonio Pérez Rojo, como coordinador de la cosa, intituló: “Los sueños siempre están ahí”. Y rezaba de aquesta guisa:





La inyección de Irma

    Un gran vestíbulo. Muchos invitados, a quien nosotros recibimos; entre ellos, Irma, a quien enseguida llevo aparte como para responder a su carta, y para reprocharle que todavía no acepte la “solución”. Le digo: “Si todavía tienes dolores, es por tu exclusiva culpa”. Ella responde: “¡Si supieses los dolores que tengo ahora en el cuello, el estómago y el vientre... me siento oprimida!”. Yo me aterro y la miro. Se la ve pálida y abotargada; pienso que, después de todo, he descuidado algo orgánico. La llevo hasta la ventana y reviso el interior de su garganta. Se muestra un poco renuente, como las mujeres que llevan dentadura postiza. Pienso entre mí que en modo alguno tiene necesidad de ello. Después la boca se abre bien, y hallo a la derecha una gran mancha blanca, y en otras partes veo extrañas formaciones rugosas, que manifiestamente están moldeadas como los cornetes nasales, extensas escaras blanco-grisáceas. Aprisa llamo al doctor M., quien repite el examen y confirma el diagnóstico. El doctor M. se ve completamente distinto que de ordinario, está muy pálido, cojea, está sin barba en el mentón... Ahora también está junto a ella mi amigo Otto, y mi amigo Leopold la percute a través del corsé y dice: “Tiene una matidez abajo a la izquierda” y también señala una parte de la piel infiltrada en el hombro izquierdo (lo que yo siento como él, a pesar del vestido) M. dice: “No hay duda, es una infección, pero no es nada, sobrevendrá todavía una disentería y se eliminará el veneno”... Inmediatamente nosotros sabemos de dónde viene la infección. No hace mucho, mi amigo Otto, en una ocasión en que ella se sentía mal, le dio una inyección con un preparado de propilo, propiteno, ácido propiónico, trimetilamina (cuya fórmula veo ante mí escrita con caracteres gruesos)... No se dan esas inyecciones tan a la ligera... Es probable también que la jeringa no estuviera limpia.

Sigmud Freud



El escritor es un inventor. Da a las mismas palabras de siempre nuevos caminos, pone pausas donde nadie antes las había puesto, afila un adjetivo, pule un sustantivo, construye un arco que solo puede terminar el lector.
El sueño es un camino extraño. Según Sigmundo Freud es la vía directa que nos conduce directamente al inconsciente (no confundir con subconsciente) ¿Qué se puede interpretar en este sueño de Freud? ¿Sabéis qué interpretación hizo él? De nada sirven aquí interpretaciones tipo diccionario, muy difundidas incluso en la época de Freud.


Cuando despertamos, los sueños siempre están ahí, pero durante muy poco tiempo. Si no los cazamos al vuelo, desaparecen. Ahí sería muy útil un atrapasueños.

Ejercicio:
La idea de este ejercicio es muy ambiciosa. Por un lado se os pide que escribáis un sueño con forma de micro relato, y por otra se os pide que lo interpretéis, como si supierais de esto.


Bueno, hasta aquí el texto de la lección. Pero antes de seguir, quede constancia de que nos quedamos sin saber la interpretación que de su propio sueño hizo Freud, aunque a decir verdad a casi todos nos la pelaba. Decir también que la mayoría no escribió un relato, sino que se limitó a contar un sueño, como si estuvieran en el diván del psicoanalista (¡Curioso!) y para terminar, dejar constancia de que el único que intentó interpretar su propio "Micro Relato - Sueño" fue un servidor.




Un sueño


    Corría veloz. Algo o alguien me perseguía. Entonces, cuando llegué a la altura de un escalón, en vez de subirlo, comencé a volar. Al principio era un vuelo rasante, luego subía, para perder altura posteriormente, sintiendo que me iba a estrellar contra el suelo. Al final dominaba el planeo y volvía a recuperar altura. Disfrutaba de las vistas y era capaz de jugar, unas veces me dejaba caer y otras volaba altísimo.


Esther




Sueño

    Estoy sentado en una fila de pupitres. Hay un hueco que me separa de todos los que me rodean. Nadie puede ver lo que escribo. Estamos en silencio. Hace calor. Huele a tabaco. En un extremo del aula hay varios fumadores. Alguien abre una lata de Coca-Cola. Dejo de mirar alrededor y escribo, escribo a toda velocidad. Es el último examen de la carrera. Otra vez. Despierto angustiado y no estoy en casa de mis padres. ¡Qué alivio!... Hace siglos que aprobé, pero aun estoy pagando por ello.

José Antonio Pérez Rojo




Sueño a la carta

- ¿Qué te apetece soñar hoy? – dijo mi amigo. 
    Me giré sorprendido.
- ¡Hola!... No te había visto.
- Te preguntaba
- Si, si, te he escuchado. No sabía que pudiese elegir.
- ¿Qué tal un sueño de piratas?
- ¡Uf, demasiados sobresaltos!
- ¿Un viaje?
- ¡Si, eso! ¡Un viaje! ¡En globo aerostático! Siempre quise subir en uno… ¡O volando, así sin más, con mi cuerpo, que para eso es un sueño… MI sueño!
    Me desperté al pie de la cama con un fuerte golpe en la frente y el pelo despeinado hacia atrás.
- La próxima vez elegiré el globo – pensé.

Germán Ferrero





La araña tras la puerta

    Se le iba cayendo a jirones la carne de la cara. A veces era él mismo quien se arrancaba un trozo de rostro con sus manos y uñas. No le dolía, tan solo le preocupaba que pudieran verle así.
    Sabía que tras la puerta estaba Trimetilamina acostada con ellos, y la entreabrió para mirar. Las patas de la araña quisieron entonces salir, inmensas, poderosas. Cerró de un portazo y se alejó a siete patas. Se le acababa de caer una cuando alguien cerró la puerta.

Rafael Martínez Sainero, PirataMayo de 2011


La interpretación que le doy a este sueño inventado, pero formado con fragmentos de otros sueños míos reales, y que he convertido en un mini-cuento surrealista, es la siguiente: 

La caída de jirones de piel y carne (en mis pesadillas realmente son dientes los que se caen) denota inseguridad, miedo al fracaso, descomposición, cambio a peor.
La puerta cerrada, tras la que supongo a mi pareja con otros amantes, es también un símbolo de inseguridad, temo perderla, me asusta a la vez que me intriga saber con quiénes está; también creo que indica morbo o curiosidad, ya que intento abrirla, pero lo que hay dentro me asusta, se manifiesta en forma de araña monstruosa gigante. Huyo del problema, cierro la puerta, pero yo soy al final la araña, que ha logrado traspasar el umbral, pero que ha perdido una pata... Deduzco que yo soy realmente el problema y la solución. Todo está en mi mente. Logro escapar, tengo la certeza de que al final todo se solucionará, pero a costa de grandes esfuerzos, sacrificios y pérdidas de algún tipo. Espero que no sea una pierna.


Hablando de sueños: El impresionante cómic "Little Nemo" era un ejercicio de precioso grafismo onírico.
Flipa con la versión de Moebius  "El pequeño Nemo en GigerLand"

¿Qué os parecido? Interesante ¿No? Freud estuvo a punto de dar con un filón más grande casi que el de los libros de autoayuda: "La interpretación de los sueños". A la gente le encanta que les digan cosas sobre ellos mismos: horóscopos, cartas astrales, predicciones quirománticas o cartománticas, etc... El famoso científico también postuló la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa. Y se quedó tan pancho. Cuando Martin Luther King pronunció su famosa frase: “He tenido un sueño…”, todos los psicoanalistas no quisieron oír más allá: Dieron por hecho que estaba enamorado de su madre y odiaba a su padre. Por si no fuera poco, Freud fue acusado de pansexualista, que no sé lo que significa pero imagino que tendrá que ver con hacer "guarreridas" con luengas barras de "baguette”. Sus teorías, sin embargo, siguen siendo discutidas y criticadas, cuando no simplemente rechazadas. Muchos limitan su aporte al campo de la mera teoría y de la cultura en general, existiendo un amplio debate acerca de si el psicoanálisis pertenece o no al ámbito de la ciencia. Otros, simplemente cuestionan las abusivas tarifas de los psicoanalistas y sus terapias. Nunca nadie cobró más por estar sentado en una poltrona oyendo tonterías. Bueno, si acaso, el presidente del Congreso de los Diputados. Y lo de que te corten a la mitad, diciendo que se te ha acabado la hora, recuerda demasiado a los métodos “cagaprisísticos” de las meretrices de la calle Montera. He dicho.

Rafael Martínez Sainero




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