viernes, 10 de mayo de 2013

168.- Los Trajeaos y La Historia de la Humanidad vista por Milo Manara: Sexo, Violencia y modelitos muy ponibles.



Los trajeados

Es una sensación que tengo desde pequeño. Siempre que veo a alguna persona con traje, desconfío. Con el paso de los años he comprobado que esa especie de "sentido arácnido" que sonaba en mi cerebro, ese mecanismo de defensa innato, no era una chaladura, ni una manía. Infinidad de personas con traje, desde politicastros, yernos reales, ejecutivos de cuentas, vendedores charlatanes... pasando por directores, subdirectores y encargados de empresas, abogados, empleados de banca, inspectores... y acabando por maîtres, petimetres, pisaverdes, etc., han intentado, o bien engañarme, o bien aprovecharse de mí, o simplemente putearme por deporte. Y lo hicieron prácticamente todos, menos un borracho que me encontré en una boda. ¿Por qué? 

Porque llevaban traje.

Y no solo me pasa eso con los trajeados, mucha más intensa es esa sensación de alerta con los uniformados, aunque sean simples macarras incultos disfrazados de vigilantes jurados.

Una persona uniformada se considera, nada más ponerse el disfraz, por encima de ti. Se siente imbuida por una sensación de poder que inmediatamente le hace mirarte por encima del hombro. Tú eres su inferior, le debes respeto, y en la mayoría de los casos hasta sumisión. Él lleva traje, está más guapo que tú, es tu jefe… En esos momentos es el macho alfa de la manada, o la Suma Sacerdotisa, la Madre Superiora, o la del Cordero… Tú solo eres un mierda con poco estilo. Da igual que sea un vestido de gala, una bata de enfermer@, o una de médic@, una corona, un traje, una toga de juez@ o de simple letrad@, un uniforme de policía o de soldad@, un corpiño de "dominatrix", una mitra cardenalicia, una simple sotana… El hábito hace al monj@... El traje indica distinción, autoridad. Y lo hace para bien, o para mal: Los trajes a rayas de los antiguos presos, o los anaranjados de los presidiarios condenados, las estrellas de David dibujadas en los brazaletes… Uniformes que dicen a los demás que eres un proscrito, un inferior, un paria.


Los pandilleros de barrios bajos también lo hacen… se uniforman, se disfrazan para generar miedo. Se tatúan, se visten para matar y ponen cara de malos cuando atacan en manada. Exactamente igual que las serpientes, o las ranas venenosas, o los pulpos… colores de guerra, defensa ante otros grupos hostiles, otras clases, otras razas, otras especies.

Aun no nos hemos librado de ese miedo atávico al brujo de la tribu de cara pintarrajeada, quien, con un ridículo sombrero confeccionado con plumas y con calaveras de niños, se dice superior a ti porque se lo han dicho Chupaperoyá, y agita ante tu cara un sonajero antes de sacrificarte a sus dioses. Hay muy poca diferencia aun entre la sociedad humana y una jauría de hienas o una manada de elefantes.


Si nadie pudiera hacer ostentación de su poder, si todo el mundo estuviera desnudo, si no existieran jerarquías, ni galones, ni castas, ni pistolas, ni trajes de alta costura, ni turbantes, ni burkas, ni maquillajes… cuando uno de esos mastuerzos prepotentes te dijera: ¿Sabe usted con quien está hablando? Podrías contestarle:

- Con un gordinflas viejuno al que ya no se le levanta y que no merece, aunque solo sea por su mala educación y su soberbia, ni el más mínimo de los respetos. O sea, con alguien exactamente igual que yo.

Y entonces todo sería como antaño, cuando todos íbamos en pelotas con una cachiporra de madera entre las manos y vivíamos en cuevas. Aquellos felices tiempos en los que los individuos gordinflas y viejunos no ostentaban el poder a base de dinero, sino que morían de pura selección natural.

No, no me gustan ni un pelo los trajeados.

© Rafael Martínez Sainero, Pirata 2013



Y agora, un poema mu gonito, mu gonito, a cuento de la charla de antes:



Fuera las sotanas,
Quitadles los uniformes,
Tirad los báculos y las pistolas.
No más pasamontañas.
¡Todos en pelotas!
Iguales ante los ojos del Señor.
¿Qué Señor?
Pues un Señor que se muestra desnudo
ante sus inmundas criaturitas.
Mostradle a vuestro Dios vuestra exigua semejanza,
y vuestra exigua... ¡ejém!
Y que muera la alta costura,
Y la baja.
Que se pelen los prelados,
Que se la pelen, mostrad vuestra hombría.
Que las damas lapidarias enseñen su cuerpo de mujer.
Que desfilen por las bodas sin sus vestidos de hipocresía
¡Que la sangre afluya a los pezones,
a los penes, a los labios!
Tirad la silicona a la basura,
Que los senos reposen
en el seno de su sitio.
Que los morros de las natidifusas 
dejen de ser como salchichas Branswurst.
No más maquillaje...
No más disfraces...
No más mentiras...
Y tumbáos en el ataúd con un poco de dignidad,
coño ya...
orgullosos de vuestra insignificancia,
de vuestra hedionda putrefacción.

© Rafael Martínez Sainero, Pirata 2013



Existe una preciosa serie de dibujos coloreados en acuarela del gran maestro Milo Manara. En ella se muestra sintetizada la historia de la Humanidad, desde que éramos trogloditas hasta ahora, que seguimos siendo trogloditas pero con traje. Alucinante trabajo de documentación sobre la evolución del vestido, los atuendos y los uniformes. Un viaje auténtico aderezado de sexo y violencia que no ha cambiado ni un ápice con el paso de los siglos. Y aunque la mona se vista de seda…


"Sex and Violence" Exploited (LP: "Punks not Dead")

1 comentario:

  1. Un "iluminao" nos escribe aquesta memez:

    Hola: Muy buena esa canción de "Exploited"... pero echo de menos la traducción... ¿Alguien me podría pasar la letra completa pero en castellano? He buscado por ahí, pero no hay manera. Muchas gracias.

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