domingo, 18 de octubre de 2015

381.- COSAS QUE HACER EN EL MAS ALLÁ SI YA ESTÁS MUERTO


El hombre, y por extensión la humanidad, tiene tanta necesidad de perdurar, de dejar su huella genética y su obra, que el puro instinto de supervivencia le ha llevado a inventarse miles de cuentos en los que tras la muerte, todo el mundo conserva hasta el infinito la conciencia de su propio yo. Pero eso es inviable: El cosmos no podría mantener su equilibrio si existiera un ente eterno llamado Belén Esteban deambulando por el éter y matando en nombre de su hija.

Los creyentes (en dioses y demonios) suelen vivir su vida como si fuesen personajes del video-juego “Los SIMS”. Alguien más allá maneja los hilos, las cosas pasan porque Dios así lo ha querido. Nuestro Dios nos protege. Se lleva a los nuestros en la flor de la vida porque hay un plan. El Señor (nunca Señora) perdona a la postre toda salvajada cometida en su nombre y castiga a nuestros enemigos. Deidades cósmicas reducidas a la más baja condición humana: la de vengativo sacerdote provinciano, fanático, mezquino y machista.

Los fieles delegan su suerte en el “Más allá”, en un supuesto examen o juicio sumarísimo que determina en qué posición hemos quedado:

1) PARAÍSO o CIELO: Campeón de la Champions. Premio: Vida eterna junto a los tuyos, rodeado de seres puros, felicidad, Cabezas de angelotes tocan la lira con las orejas, felaciones gratuitas por parte de unas huríes que trabajan a tiempo parcial, contratadas en el infierno. Valhalla, retiro de los guerreros que murieron por la fe de su obispo o líder de turno.





2) PURGATORIO: Aun no eres digno para entrar en Champions. Esto viene a ser una especie de centro de desintoxicación de pecadores leves… ¡Arrepiéntete! Una airada Belén Esteban opina de las cosas y todos hacen ímprobos esfuerzos por salir de allí.





3) LIMBO: Ni chicha ni limoná. Es una zona de permanencia sin decorado alguno (si acaso un poco de hielo seco). Aquí ni estás en Champions ni estás en promoción de descenso, ni ná. Pululas en forma de ectoplasma, pudiendo acudir a la llamada de cualquier tonto que organice una sesión de espiritismo.





4) INFRAMUNDO DE LOS “NO MUERTOS”: Zombies hambrientos de cerebros, fantasmas con asuntos pendientes, vampiros y otras hierbas. La mayoría se gana la vida de extra cinematográfico.





5) INFIERNO: Lo peor: Quemaduras de tercer grado ad infinitum, averno, tártaro. Donde sufren los malvados las justicias que evitaron en vida. Audición ininterrumpida de todos los programas de "Sálvame"-





La manía de clasificarlo todo que tenemos los humanoides nos ha vuelto subnormales (hasta el punto de que ahora está mal visto clasificar con la palabra “subnormal”) Todo ha de regirse por severos códigos de conducta o reglas morales.





Dios se expande, esto es un hecho. Apenas acaba de vomitar su enésimo “Big Ben” y aun está ocupado destrozando galaxias, creando sistemas solares, explotando supernovas en sus "cumples" y yendo de vez en cuando a algún agujero negro a aliviarse de sus indigestiones.
Y sabe, como en el fondo sabemos todos, que da igual que quememos un avispero, matemos un elefante o gaseemos a millones de congéneres de otras razas. Nadie cumple penas más allá de este mundo. Y Dios ve con iguales ojos a sus criaturas, ya sean hongos, virus, concejales de cultura, insectos, imanes o rabinos. La vida solo es sagrada para la propia vida. Es un simple mecanismo de supervivencia, un mero instinto.





Pero un  simple pedo (u ventosidad) del señor todopoderoso acaba con la vida de millones de planetas ¡Y nadie le juzga!... Pues creamos otros tantos planetas nuevos y aquí no ha pasado nada… De hecho es que no ha pasado nada. ¡Menudo plan!


Rafael Martínez Sainero, Pirata 2015





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