Los españoles no leen. Y hacen bien. Las editoriales llevan años espantando a los potenciales lectores publicando truños. Estos opúsculos siempre llevan en la portada (ignoro el porqué) una foto de Audrey Hepburn. Según mi arbitraria y demagógica clasificación aparecen cíclicamente en las librerías estos tipos de... cosa.
La novela del escritor consagrado, donde nos relata (otra vez) su infancia a través de los ojos de un niño en la postguerra... bla, bla, bla...
Las Memorias. Un cantor o cómico le descarga a un indefenso juntaletras sus inanes anécdotas, para que nos enteremos (por ejemplo) que desde 1975 hasta 1978 nuestro héroe iba de putas todos los sábados.
La escritora cursi. Adolescencias o menopausias escritas de manera tan ñoña que haría subir el azúcar en sangre a un Tele Tubby.
La escritora basta. La autora cuenta con gran desparpajo su primera dismenorrea o las picardías que hizo con su primo en Lloret o asi. Luego hacen película.
Hay que leer más (y II)
El otro día nos burlábamos groseramente de cierto tipo de novedades editoriales: las que sacan en la portada a Audrey Hepburn. Pero hay más espantos que hacen huir a los potenciales lectores de las librerías y quioscos; con otras cubiertas pero similares horrores en su interior.
El escritor muy gay. El autor describe crudamente sus urinarias experiencias en uno u otro sitio.
El libro de autoayuda. Nunca mejor dicho: comprando esta... cosa se socorre exclusivamente al que pergeña el timo.
El rockero. Los músicos tienen mucho que decir. Lástima que se limiten a contar las borracheras de los cantantes de otros grupos.
El imprescindible volumen de investigación. Rencorosas paranoias que harían palidecer a Fu-Man-Chú.
Todas las gracietas del "Desternillador" fueron publicadas en su día por el diario de difusión gratuíta "20 Minutos". Estas en concreto son de www.rodera.net; y "El Pirata Fanzine" se limita a fusilarlas por todo el morrámen. Eso sí, con bastante más estilo y enjundia gráfica.
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