Pablo Carbonell es, sin duda alguna, un hombre genial… Músico, escritor, periodista, actor… Es muy ingenioso y me cae muy, pero que muy bien. Digno hijo de la movida, comenzó haciendo el gamba en el estupendo programa de tele “La bola de cristal”, lo vimos después liderar un grupo pop-rock impresionante llamado “Los toreros muertos”, le compuso a Raimundo Amador la celebérrima “Ay, qué gustito pa mis orejas”, también protagonizó memorables momentos como reportero del programa “Caiga quien caiga”, etc, etc…
De vez en cuando escribía una columnita para el diario “20 minutos” en su sección “El territorio del Gamusino” y la verdad es que me alegraba el viaje en el tren camino del curro. Estilo pelín surrealista, absurdo, gracioso… como debe ser. Ahora que he dejado de fumar por mor de imponderables, os dejo una sucinta muestra del talento de este genio de nuestro tiempo, que viene muy a cuento.
EL HOMBRE AHUMADO
Él se subía por las paredes como el Cuttlas de Calpurnio por el aroma del tabaco. Fumaba dos cajetillas diarias y no fumaba más porque no tenía más horas el día y el sueldo no le daba para más humo. Llegaba a encender un cigarrillo cuando tenía otro reposando en el cenicero. A veces su mano viajaba inconsciente y posaba sus dedos amarillentos en sus labios creyendo portar el venenillo emboquillado. Su ropa olía a cenicero y sus pulmones sonaban a gaita desafinada. Todas sus expresiones se expresaban entre bocanada y bocanada y su mente era un torbellino que solo descansaba en el momento sublime de la calada profunda.
Una noche soñó que un cigarrillo se lo fumaba a él, lo consumía enterito, dejando la boquilla caliente, y luego lo apagaba de un pisotón en la acera. Decidió, llevado por la angustia, ir a ver al sabio Mismónides.
- No puedo dejar de fumar - le dijo, sollozante.
- Pues no lo hagas, hijo; tú no te prives de ningún cigarrillo. Eso sí: No compres más tabaco.
Pablo Carbonell "El Territorio del Gamusino"
(publicado en el Diario de difusión gratuita "20 Minutos")
