viernes, 6 de diciembre de 2013

237.- Vidas Ejemplares. Hoy: Nelson "El Tata" Mandela


Eddy Grant "Give me Hope, Joanna"

Nelson Mandela, también conocido en su pueblo como "Madiba", alias "El Tata" (si, si, como el míster del Barça) nació en 1918 en Umtata, Sudáfrica. En su día pudo ser el jefe de una tribu Xosa, pero no quiso. "No merece la pena, son unos xosos", declararía el famoso abogado y político líder de la lucha pacífica contra el apartheid y quien, tras una larga batalla y 27 añazos de presidio, "presidió" (je, je) en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista del partido naci (onalista) pro británico. 

Mandela era bantú (como los de las cartas del juego de las familias) por eso el partido Inkhata (una panda zulús) siempre le estuvo tocando los cojorronchos.

Junto al obispo Desmond "Tutú" (llamado así porque solía ir vestido de bailarina bajo la sotana) redactó un informe en el que no solo condenaba los crímenes del régimen segregacionista "naci" blanco de Peter Botha, sino también los de los activistas negros del "Congreso Nacional Africano"… ¡Bien hecho, chaval!

En 1993, como no podía ser de otro modo, recibió el Premio Nobel de la Paz. Merecido.


Mortadelo disfrazado de  guerrero Xoxo / Miembros del CNA enfrentados a los antidisturbios de Peter Botha /
Las "Xoxos", mollares Cheerleaders del Mandela United FC

Mandela admiraba a Gandhi, a Sammy Davis Jr. y a Martin Lutero King; como buen negrata le gustaban mucho las camisas horteras de colorines, el deporte, la música y menear el bullarengue. Tenía mucho carisma, el jodío. En su honor y pidiendo su libertad, se organizaron en Londinium unos conciertakos cojonudos en los que actuaban (gratis) los mejores grupos ye-yés del momento (menos "El canto del loco" yo creo que estaban todos)

Mientras Nelson se pudría en la cárcel, su parienta, Winnie, se aprovechó de la tremenda popularidad de su churri y gracias a su fervoroso activismo y, dicho sea de paso, de un nutrido grupo de macarras leales, se hizo fuerte como símbolo de la continuidad de la lucha. Sin embargo, la tipa se vio envuelta en unos cuantos escándalos. Se lo hacía con sus guardaespaldas jovenzuelos del Mandela United Football Club, que bajo la tapadera de un equipo "fúmbol" realmente era una mafia de matones, y fue acusada de fraudes crediticios, robos y actos violentos, incluso de tortura y asesinato (violento). Entre paliza y paliza tuvo tiempo de estrangular con sus propias manos (dicen) al anciano médico de la familia. Esto demuestra que la elementa no seguía la medicación adecuada.


Winnie the Pu, haciendo gala de su carisma / Winnie amaba profundamente a su marido, sobre todo a su efigie
impresa en los billetes de 200 rands / Fervorosos miembros del Mandela United FC

En este caso de Winnie Madikizela ¡Oh excepción que confirma la regla! detrás del gran hombre no siempre hay una gran mujer, sino una harpía ambiciosa.
Más adelante, y dado el historial de la elementa, el bueno de Nelson se divorcia de la polémica Winnie "the pu…" Tarrángana, y se casa con una tal Graça, cosa esta que le vino fatal para el colesterol y el gran estadista ya no levantaría cabeza.

Actualmente, y con el cuerpo de Mandela aún caliente, los familiares se pelean como buitres carroñeros por la herencia y los derechos de explotación de la marca "Mandela". Si este gran hombre hubiera legado todas sus pertenencias a algún barrio pobre de Johannesburgo, ya hubiera sido mi héroe para siempre.

Descanse en paz.

© Rafael Martínez Sainero 

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