La viajera 191
Se sube todos los días en la estación de Alcalá de Henares, exactamente a la misma hora, con su vestido un tanto arrugado y el pelo húmedo por el efecto de una ducha con prisas. Se sienta siempre en el mismo asiento, y como ella es incorpórea, le da igual que esté ocupado. Me dedica una rápida sonrisa y se pone a leer, como siempre, "El Código Da Vinci". A la altura de Santa Eugenia, como todos los días, un trozo de acero se le incrusta en el cuello y una intensa llamarada le quema los brazos y las manos, novela de bolsillo incluida.
- ¡Hay que joderse! - se dirige a mí porque intuye que soy el único que puede verla - ¡Todos los días la misma mierda! Solo me quedaban dos estaciones y tres capítulos de este tostón de novela…
- Tranquila - le comento - no te pierdes ná… Al final resulta que la protagonista es descendiente directa de María Magdalena y del propio Jesús de Nazaret.
- ¡Oh!... - exclama, quitándose un coagulo sanguinolento que se le había enganchado en el flequillo - …y Bruce Willis estaba muerto todo el rato ¿No?
- Igual que tú, cariño.
- Ya… ¿Se sabe algo de lo nuestro? ¿Quién fue?
- Nada, ni creo que se sepa jamás. Hoy es el aniversario de nuevo, seguro que os harán otro homenaje.
- ¡Chico, no te haces una idea las ganas que tengo de ir hacia la luz!
- Me Imagino… toda una eternidad leyendo a Dan Brown… ¡uf!... Bueno, guapetona, yo me bajo en esta. Hasta mañana.
- ¡Hasta mañana! - la viajera 191 se queda mirando lánguidamente por la ventanilla. En el andén, decenas de cadáveres deambulan entre pasajeros que no pueden verlos.
- ¡Puto 11M! - susurra entre dientes… y desaparece.
© Rafael Martínez Sainero, Pirata.
En Guadalajara, Castilla, a 11 de marzo de 2014
Para la rekopilata mini cuentos "Guadalajara, final de trayecto"
"El que no valora la vida, no la merece"
(Leo Da Vinci)
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