domingo, 29 de abril de 2012

4.- El Secreto del Séptimo Evangelio



Cómo acabar para siempre con “Los códigos Da Vinci”

- ¿Nunca oíste hablar de la secta secreta del Séptimo Evangelio?
Ella negó con la cabeza.
- Normal -  dijo Stanton, un tanto decepcionado por la estupidez de su propia pregunta -  es lo que tienen las cosas secretas, que muy poca gente ha oído hablar de ellas. Pues verás, existe un Evangelio Secreto, escrito por doña Jezzabel de Canaan, vecina de una cuñada del mismísimo José de Arimatea, en el que se afirma que Jesús no solo era bastante tartaja, sino que también era un bisexual irredento.
- De piedra me dejas - apuntó Marie François, boquiabierta.
- Y no solo eso - Stanton continuaba desvelando misterios mientras miraba fascinado el labio inferior de su boquiabierta interlocutora - según este apócrifo, María Magdalena engendraría una estirpe de Hijos de Dios... Oyes bien: no esa tontería de que todos somos hijos de Dios... Los descendientes de la Magda y el Gran Tartaja son los auténticos Hijos de Dios, descendientes directos del Único Hijo Verdadero que tuvo Jehová, pájaros mediante.
- Pero... pero... - la francesita no daba crédito - la Iglesia nos dice que todos somos hijos de Dios. Y si todos somos hijos suyos ¿Por qué Jesús es más hijo de Dios que yo? ¿Qué pasa, también hay nepotismo en el Paraíso? ¿Predilectos? ¿Hijos de Papá habemus?
- No te hagas líos, mi boquiabierta Marie François, el Cielo es un estrado de castas perfectamente organizado.
- Ya, pero me resisto a creer que el Ser Supremo, creador de Universos, se dedique a algo tan mundano como tener hijos en Oriente Medio.
- Pues ahí lo tienes, chata. Y para muestra, un botón; cito literalmente la página 666 del Santo Evangelio de Santa Jezzabel de Canaan:
Y dijo entonces el Mesías con el tono grave y circunspecto del que se sabe Hijísimo de Dios porque se lo ha dicho una voz desde el lóbulo frontal: Tú, María, darás tu nombre a millones de bollos por los siglos de los siglos
- ¡¡Las magdalenas!!
- Ahí lo tienes, carne de su carne, sangre de su sangre, bizcocho de su bizcocho... ¡Ay, hija mía, qué pocos son conscientes de que son Seres Superiores! Tal vez Florentino Pérez y pocos más... ¡Tu, hija mía, tu eres Hija de Sión! Tu sangre lleva genes de Magdalena... La mía, “sin en cambio”, tan solo de sobaos pasiegos caducados, Yo te alabo, ¡Oh mi diosa de nácar, deja que te bese ese labio leporino que me está poniendo palote desde el principio de nuestra conversación! Deja que te alabe, que me alabe, que nos alabemos.
- ¡Hala, vete! ¡Estás loco Stanton!
- No solo eso, también soy el Líder de la Secta Secreta de los Alabadores del Séptimo Evangelio de los Últimos Días. Mis acólitos se han sacrificado por Dios; Los más se han cortado la polla con cristales de culos de botella de sidra El Gaitero.
- Los más jilipollas, colijo.
- Coliges de puta madre.
- ¿A Dios le ponen los sacrificios de pollas cortadas con cristales de culo de botella de sidra El Gaitero?
- No sé, tu sabrás, tu eres su hija - Un silencio tenso se mascaba en la estancia. Stanton sudaba a chorros y su mano había comenzado a descender hacia la bragueta.
- ¿Serías tan amable de pedirme un taxi, Stanton? Acabo de recordar que he dejado en casa el aceite calentándose para freírme unos nuggets de pollo.
- Vale.

Rafael Martínez Sainero, Pirata, por el 2000, más o menos.

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