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Allá por la mitad de los años 70 del siglo pasado, cuando tenía 14 primaveras y me cogía todos los domingos la P-17 (la “camioneta” que me llevaba desde Carabanchel bajo hasta el Rastro) solía regresar a casa con un montón de tebeos de Los Vengadores, que en aquella época estaban editados en España por la Editorial Vértice. En todas sus portadas figuraba una frase fascinante: NOVELAS GRÁFICAS PARA ADULTOS. A falta de seis años para que la diñara Franco, Franco, Franco, lo de “para adultos” no se refería a las ensaladas de hostias o a la violencia que desplegaban sus personajes en las viñetas. Se refería a los modelitos ajustados de los héroes y heroínas y las inocentes situaciones pseudoeróticas con las que los guionistas gustaban de salpimentar las tramas. Esos enredos sentimentales, esa sutil concupiscencia insinuada, esos deseos ocultos de los personajes, colocados en bocadillos que terminaban en círculos cada vez más pequeños y que apuntaban a las cabezas de los torturados titanes en mallas, molaban un montón. Y en ocasiones eran mucho más interesantes que los mezquinos planes para conquistar el mundo del villano de turno.
Cuando la formación inicial de los poderosos Vengadores de Jack Kirby y Stan Lee (Hulk, Ironman, El Hombre Gigante, Thor y La Avispa) decidieron tomarse un merecido descanso, dejaron el equipo en manos del Capitán América, aun traumatizado por su repentino renacer de su hibernación y por la muerte de su querido compañero adolescente Bucky. Para completar el equipo no se les ocurre otra idea que reclutar a un peligroso arquero archienemigo de Ironman y compañero del temible Espadachín; y a dos potentes jovenzuelos ex miembros de la Hermandad de los Mutantes Diabólicos: Wanda y Pietro Maximoff, hijos del mismísimo Magneto. ¡Ahí es ná! Este cambio de formación significó un vuelco brutal en la línea argumental de los cómics de los Vengatas. Un aumento de calidad directamente proporcional a la disminución de poder de combate del grupo. ¡Aquello era maravilloso! El otrora delincuente fichado Ojo de Halcón era, por aquellos felices días de tebeos y rosas, el novio de la Viuda Negra, y salían y se dejaban a cada escarceo de la bella espía con el comunismo radical de detrás del telón de acero. También miraba con buenos ojos el fogoso arquero a la espectacular Wandita Maximoff, le entraba en cuanto podía y se frustraba con sus continuos desplantes. O sea, un gilipollas de libro: encantador, gracioso, chulo, pelín macarra, indisciplinado, rebelde. Con una mala uva impresionante, iba metiendo la pata en cada episodio y se ponía cansino reclamando para sí la jefatura del grupo al “abuelo” Rogers.
La más genuina de las formaciones vengativas. Puro folletín. Relaciones tortuosas. Mal rollito garantizado. |
Los gemelos mutantes están también para terapia de choque. Son muy racistas y aun recelan de la raza humana que tanto daño les ha hecho, no se fían ni del mayordomo Jarvis. Su relación es un círculo cerrado anegado en celos y sobreprotección que roza el Incesto. Wanda, a pesar de los recelos de su adorado y paranoico hermanito "rapidín", es una hermosa moza en edad de merecer y siente una poderosa atracción hacia su jefe, el legendario Capitán América. No solo le fascinan su entereza, valentía y nobleza, sino también sus bien torneados bíceps y abdominales. El capi sin embargo no está para tonteos con veinteañeras de la Europa del Este, aun siente algo muy profundo por Bucky y de enrollarse con alguien, sería con el teenager mascota del grupo, Rick Jones.
Es evidente que todo esto es incompatible con el pacato ideario filosófico de la factoría Disney. En “Vengadores, la Era de Ultrón” vemos a un Clint Burton que pasa de tener un oscuro pasado en Budapest con la agente Romanov en la primera peli, a plantar nabos y arreglar cosechadoras en una granja de Arkansas en esta segunda entrega. Poco a poco, desde "Ultomates (verdes fritos) Avengers" le han ido despojando al arquero de sus características originales y se las han ido pasando a Tony Stark. Hasta dejarle al pobre convertido en Don Pim Pom.
Vemos también a la mejor espía/asesina de la historia evolucionar de un pasado siniestro bañado en sangre, con hospitales de niños masacrados, a transformarse en una frustrada mamá traumatizada por su origen a la que los palurdos niñardos de Burton llaman “Tía Natacha”… ¡Joder, si además llegan a ambientar la cinta en la época navideña y sale Thor desenvolviendo regalos, salgo del cine y poto! ¿Es demasiado tarde o existe aun la posibilidad de arrancar de las garras de Disney lo poco que queda del espíritu MARVEL? Ya sé que esta patochada ya se mostraba en los cómics "Ultimate Avengers", pero semejante babosa filosofía de valores familiares y de “American Way of Life” ya huele. Los hijos de puta estos puritanos se han cargado a mis dos personajes preferidos y los han untado de mantequilla de cacahuete. Ya puestos, sustituyamos el Quinjet a reacción por Chitty Chitty Bang Bang.
¡Ah, otra cosa! Si hay algo mítico, intocable, venerable... en el Universo MARVEL, esto es el glorioso escote de La Bruja Escarlata. Y estos papanatas van y me ponen a una tipa vestida de mercadillo bielorruso con acento soviético… ¡Y con los poderes cambiados ¡Buf! Y el caso es que al principio de la proyección la cosa prometía, con una imagen cuasi demoníaca del personaje, y efectos de cinta de terror. Pero estos “mejorados” pasan de villanos rencorosos a voluntarios de la Cruz Roja en dos escenas. Casi con la misma celeridad que Anakin Skywalker se pasa al lado oscuro de la Fuerza.
¡Ah, otra cosa! Si hay algo mítico, intocable, venerable... en el Universo MARVEL, esto es el glorioso escote de La Bruja Escarlata. Y estos papanatas van y me ponen a una tipa vestida de mercadillo bielorruso con acento soviético… ¡Y con los poderes cambiados ¡Buf! Y el caso es que al principio de la proyección la cosa prometía, con una imagen cuasi demoníaca del personaje, y efectos de cinta de terror. Pero estos “mejorados” pasan de villanos rencorosos a voluntarios de la Cruz Roja en dos escenas. Casi con la misma celeridad que Anakin Skywalker se pasa al lado oscuro de la Fuerza.
Una sola de las viñetas de los cómics tenía más sensualidad y erotismo que todas las pelis de MARVEL juntas. |
Es que me imagino la reunión de Joss Whedon con los trajeados ejecutivos moñas expertos en mercadotecnia:
- ¡Oh, my God, Joss... No debemos olvidar el target de los niños de 4 a 12 años, la venta de juguetes y merchandaising supone un 40% de los beneficios netos de la marca!
- Otra cosa, Joss, muchacho, me temo que debes eliminar la escena de cama de Banner y Nat, y sobre todo el momento de transformación cuando ella le baja la bragueta.
Nat y "Big Guy" una pareja imposible. Hulk y Hulkbuster: lo mismo. |
No me extraña que Whedon esté hasta la polla de esta gente. Mercaderes que fagocitan el arte. Fundamentalistas evangélicos de doble moral y escaso escrúpulo. Yo no digo que Vengadores deba ser un baño de sangre tipo “Sin City” o “300”, o una orgía desenfrenada, pero habrá un término medio en algún lado. Por no morir, no muere ni un solo ciudadano sokoviano o wakando, y eso que el desparramo es de escala 20 en la escala de Richter.
Joss Whedon necesitaría desarrollar su creatividad en un estudio independiente con el dinero de una gran multinacional… Utopías… La libertad para mirar escaparates que decía Manolo Tena. ¿Qué pasó con las NOVELAS GRÁFICAS PARA ADULTOS?
Joss Whedon necesitaría desarrollar su creatividad en un estudio independiente con el dinero de una gran multinacional… Utopías… La libertad para mirar escaparates que decía Manolo Tena. ¿Qué pasó con las NOVELAS GRÁFICAS PARA ADULTOS?
El cómic book del cambio generacional / Visi y Wanda. Momento tórrido / El cómic "ande conosimos" a Ultrón 5 |
Esto es un producto manoseado por demasiada gente, huele a cambio de guión continuo, a recortes de metraje, a correcciones a peor. No hay frescura o espontaneidad. Me estoy acordando de Star Wars, también en las garras de la Disney… ¡Dios nos pille confesaos!
- El láser que sale de la empuñadura del sable es un símbolo demasiado fálico, señor director, y me faltan Ewoks en el guión.
Reconozcámoslo, somos marionetas en la cuerda, hilos sutilmente manejados por Hydra, el monstruo con cabeza de Walt Disney y millones de brazos de ejecutivos, economistas, creativos, dibujantes, cineastas, informáticos, jugueteros, periodistas, actores y actrices... Si nos cortas un Edward Norton nos crecen dos Ruffalos. Todo está estudiado al milímetro. Y es un poco triste...
Reconozcámoslo, somos marionetas en la cuerda, hilos sutilmente manejados por Hydra, el monstruo con cabeza de Walt Disney y millones de brazos de ejecutivos, economistas, creativos, dibujantes, cineastas, informáticos, jugueteros, periodistas, actores y actrices... Si nos cortas un Edward Norton nos crecen dos Ruffalos. Todo está estudiado al milímetro. Y es un poco triste...
Ya estaba avisado de que esta secuela de “Los Vengadores” iba a ser más “oscura”. Lo que ignoraba era que era en sentido literal. Yo no sé si es la bombilla del proyector de la sala 1 de los multicines de Guadalajara (España), que la han comprado en un chino, o si es mi vista que falla más que una escopeta de feria, o si la culpa es de los montadores, pero tengo la sensación de haberme perdido más de media película. En un continuo “¡Espera niño, echa esa escena para atrás que no me ha dado tiempo a ver ná…!”
Creo que estoy ya solo para cintas de cine independiente afgano. O para el oculista.
Y es que la mitad de las escenas de peleas están localizadas en interiores mal iluminados. Curioso es que a Quicksilver, el más rápido de todos los superhéroes junto a Flash, sea al que mejor se vea… Deberían promulgar un decreto ley obligando a los directores de cine a poner más escenas en cámara lenta. ¡Y de día! Y prohibiendo los montajes con la cámara dando botes…. En esta secuela hay infinitos planos de menos de medio segundo de duración. Un mareo solo soportable por ojos adolescentes.
Maravillosa ilustración del maestro López Espí para el número 25 de los Vengadores de Vértice. |
El argumento, al margen de algunas agradables sorpresas, es más previsible que un árbitro pitando al Madrid en Champions, es transición pura y dura a la espera de la batalla contra Thanos. Pero tampoco seamos tan negativos… La peli es un espectáculo de primera, está bien producida y es muuuuy entretenida; de hecho, las 2 horas largas de metraje se pasan en un “pis pas” y te quedas con ganas de más. Lo mejor: Que la Visión mola mucho, y el incompleto grito del capi al final... ¿Y el Villano de turno? El malo es esta vez un robot maloso con complejo de edipo, voz inquietante y síndrome de pinocho bipolar, pero en ningún momento llega a dar mal rollo... todo lo contrario. De hecho yo estoy de acuerdo con sus razonamientos. Sus miles de ultroncitos están de relleno para que los Vengatas los destrocen a placer. La peli no está mal, repito, pero sale uno del cine con una extraña sensación. Como si en vez de cabrito asado en Pedrezuela te hubieras comido una hamburguesa del Mac Donald´s mienras un tolili te agita por los hombros... Artificio, vanalidad… ni un solo gramo del espíritu que inundaba a Stan Lee cuando se juntaba con Kirby para inventar historietas inocentes y auténticas. Ni un ápice de la ilusión que me arrebataba cuando la P 17 regresaba a Carabanchel, y sobre mis rodillas cargaba una bolsa llena de “Novelas Gráficas para Adultos”, a pesar de ser yo tan solo un niño.
© Rafael Martínez Sainero
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