El altruista
Nunca había dado un duro a la Cruz Roja, ni siquiera el día de la banderita. Ni a ninguna Asociación contra el Cáncer ni contra la "malagritacopterosis" degenerativa. ¡Se lo quedan cuatro listos! - pensaba él - Todas las ONGs son un fraude, un mero negocio.
El día que supo que se estaba muriendo de cáncer le entraron remordimientos. ¿Y si Dios me está castigado por no donar nunca ni un pavo? - dudó - ¡Qué irónico final!
Un día de la Banderita salió de su casa dispuesto a donar su fortuna a la Cruz Roja y a varias asociaciones contra el cáncer infantil. Pero según se acercaba al puesto de recaudación, pensó en la de años y años que llevaba toda esta gente recibiendo dinero y sin encontrar la cura a la maldita enfermedad.
- ¡Anda y que les ondulen con la permané!- concluyó, y se metió de cabeza en el restaurante de lujo.
© Rafael Martínez Sainero, Pirata 2016
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