lunes, 14 de mayo de 2012

15.- ¿Y si Adelita se fuera con otro?

Ilustraciones: José Cruz, Aída Emart, Ángel Martín.


Como acabar de una vez por todas con "Los Celos y el Acoso Pertinaz"

Reflexionemos unos instantes sobre el estribillo del precioso y pegadizo corrido revolucionario charro “La Adelita”. Para el que no esté en antecedentes, decir que la letra reza:



"Y si Adelita se fuera con otro
la seguiría por tierra y por mar.
Si por mar, en un buque de guerra;
si por tierra, en un tren militar"



(Sonido de aplausos)
¡Plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas!

¡Gracias, muchas gracias... gracias!... Pero a pesar de los melodiosos acordes de los gigantescos guitarrones y las alegres notas de la popular tonadilla, la cosa no es para aplaudir.

Bien, pasemos a analizar la cosa:
Parece evidente que el cantante, o en su defecto el compositor, es un tío bastante celoso, o habla de un tipo bastante celoso. Y aunque da la impresión de que todavía no ha ocurrido nada grave, el individuo avisa... amenaza, más bien...
También se deduce que, o bien es militar, o tiene las suficientes influencias como para disponer de recursos del ejército para poder acosar a su novia (o amiga con derecho a roce, u obscuro objeto de deseo o lo que sea) en el hipotético caso de que ella se fuera con otro.
Adelita (y el otro) quedan avisados.

Pero supongamos que Adelita viera con buenos ojos a..., pongamos por caso, Quátemoc, un amigo de aquí, el “militroncho”.

Por favor les pido a los pacientes lectores intenten poner acento de Jalisco cuando lean estas líneas de aquí abajo.

- ¿Que no se fijó, Quátemoc, cuate, en ese par de jugosos, apetitosos, a la par que desmesurados puros cántaros de miel que se gasta mi Adelita?
- Pos...pos no sé, guey... ¿Pos cómo que no me fijé? Usted sabe que los buenos amigos mejicanotes somos gente honesta y leal, que no andamos por ahí mirándole a su chamaca esos... (salivando) ... esos jugooosos, apetitooosos, a la par que enooormes...
- ¡Ejem, ejem! – tose Quatemocín, todo mosqueado.
- Me refería, guey, a esas insignificantes protuberansias mamarias en las que nadie repaaaara.
Silencio Tenso.

Elevando el tono:
- ¿Qué no le parese atractiva mi Adelita, mano?
Sudores fríos.

Bien, sigamos suponiendo: Adelita y Quatemocín se hacen ojitos y en un arrebato pasional se han escapado (por mar) del radio de influencia del energúmeno... ¿Coge el celosón un ferry, un velero o una lancha motora para perseguirlos? ¡No! El muy bestia les persigue en un buque de guerra. Ni más ni menos que en un destructor de la Armada. Y con aviesas intenciones:
- ¡Ah de la patera! – exclama, vía gigantesco megáfono - ¡Quatemosín, deponga su actitud desleal y devuélvame a mi Adelita! ¿Qué no se fijó en este par de apetitosos, jugosos, a la par que enormes torpedos nucleares de la proa?

Si les persigue por tierra, el “G I-Joe” de pacotilla es más moderado, cosa de agradecer, ya que perfectamente podría haberles acosado con una división de tanques “Leopard”... pero él prefiere la amigable camaradería y compañía de los reclutas que viajan en un tren militar.
- Les voy a enseñar una foto de mi novia, cuates... ¿Se fijaron en ese par de jugooosos, apetitooosos, a la par que enooormes cántaros de miel que tiene mi Adelita? ¡Se fugó con un amigo desleal! ¡Se llevó mi polla el gavilán pollero, la pollita que más quiero! ¡Que me sirvan otra copa, cantinero, que sin mi polla yo me muero!

Toda esta absurda disertación nos lleva a la pregunta: ¿Por qué son tan grandes las guitarras y los sombreros de los mariachis? Entiendo que en el desierto de Sonora hace un Lorenzo de cojones, pero en los salones de bodas, bautizos y comuniones no.
¡Pero cooooño!

Rafael Martínez Sainero, Pirata 2012



Agradecimientos miles al grupo ye-ye narcocorridopunkarra "Todos tus Muertos"  por el excelente tema  "Adelita (Tu Alma  Mía)"  y por supuestísimo al gran Pedrito Infante por su impagable "Gavilán Pollero". Ambos temazos que vienen como anillo al dedo para la banda sonora para este excelente post.

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