jueves, 16 de agosto de 2012

82.- BRAVE. Una indomable pelirroja de armas tomar.



"Scotland, The Brave"

Si, ya sé que voy poco al cine, y cuando voy, es a ver películas para críos. ¡Qué le vamos a hacer! Pero es que hay películas para críos muy buenas, y más si las realiza Pixar. De un tiempo a esta parte, muchos personajes de animación están empezando a ser más expresivos que muchos de carne y hueso, y las direcciones artísticas y las escenografías de este tipo de películas suele ser para quedarse babeando un buen rato. Este es el caso de “Brave (Indomable)”, lo último de Pixar/Disney: una virguería técnica, que, al margen de discursos cinematográficos, merece la pena verse, aunque solo sea por disfrutar de esa perfecta recreación de una Escocia ancestral, con esos bosques y castillos tan maravillosos… O por quedar fascinado por el color fuego del pelo de Mérida, la protagonista... ¡Qué cosa más bonita!

La base de esta historia dirigida por Brenda Chapman y Mark Andrews no deja de ser un tópico de los cuentos a la vieja usanza, con princesa que no quiere pretendientes impuestos, y conflictos generacionales madre-hija enmarcados en un ámbito cortesano rural; con magia negra, fenómenos sobrenaturales y una terrible amenaza escondida en el corazón del oscuro bosque…  Sin embargo, el guión es francamente bueno, como los de antes, bien construido y desarrollado; los personajes están muy bien definidos, el ritmo narrativo roza la perfección, y además hay continuos golpes de humor durante toda la cinta. ¡Vale, no es “Toy Story”!, pero merece la pena verla.

Tal vez a algún purista y fundamentalista crítico le parecerá que Pixar ha vendido su chispa de genialidad y creatividad a un producto más estándar, más "Disney" (incluso ha dejado que inserten la típica canción melosa/babosa de turno) pero no por ello deja de ser una estupenda cinta para todos los públicos. Por lo general, el tiempo da la razón a los ideólogos de Disney, y prácticamente la mayoría de sus obras quedan en la memoria popular como clásicos. 
Así pues, no hagáis caso de “puretas” amargados a los que nunca les gusta nada… Es una preciosidad de peli, que entretiene y emociona. Al menos a mí.

Lo que no me emociona tanto son los jilipollas que se levantan a la mitad de la peli para comprar palomitas y los que sorben de la pajita del puto vaso Coca-Cola haciendo un ruido infernal y encima agitan la dichosa pajita para remover los hielos, no vaya a ser que se quede dentro del recipiente alguna gota del brebaje o que alguno de los espectadores pueda oír tranquilamente la película... He dicho.

Rafael Martínez Sainero, Pirata 2012

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