En la España de 1973 todavía no se conocía demasiado al gran Bruce Lee, y si le preguntabas a la mayoría por el Kung Fú te contestaba que qué te pasaba en la boca. La llegada de la serie norteamericana "KUNG FU" con David Carradine de protagonista, fue todo un fenómeno social y dio a conocer las artes marciales en nuestro país. En realidad, las artes marciales que se mostraban en la serie se llamaban así porque el director de especialistas se llamaba Marcial... porque Kung-Fú, lo que se dice Kung-Fú, no había mucho. Las peleas eran tela de ortopédicas y te tenías que tragar una hora de charlas y filosofía oriental de mercadillo para disfrutar de dos patadas mal dadas a los cowboys macarras de turno. Pero aun así la serie molaba mucho, era algo novedoso y todo el mundo se enganchó. Así, para la España casposa y patilluda de los setenta, el Kung Fú seguía sin ser un estilo de lucha, el Kung-Fú era Kwai-Chang-Caine, un monje Shao Lin que escapa de la justicia y emigra al salvaje oeste norteamericano, donde su misticismo y paz de espíritu contrasta con la pintoresca panda de animales que colonizaban la zona.
Presentación de la teleserie "Kung-Fu". El que hace de Caine niño se llamaba Radames Pera, pobre.
El que hace de Caine jovenzuelo es Keith Carradine, el hermano de David.
Como curiosidad, decir que la idea original de esta serie era de Bruce Lee, pero no le dejaron protagonizarla.
¡Qué tiempos, oye! Yo, claro está, con 15 añitos recién cumplidos, me entusiasmé con el éxito de la serie y me lancé a plagiar descaradamente la idea. Así surgió Chu-Fín, o sea "Mini Kung-Fú", un experto luchador de apenas 8 años de edad, igual de muermazo que Carradine, pero que suelta charlas filosóficas rayanas en el absurdo surrealista y que en lugar de patear los desiertos de Arizona, se pasea por los tejados de la gran ciudad metiéndose en toda clase de líos y pateando culos de gánsters de medio pelo. ¡Magistral!
De aquel "remake" carabanchelero de la exitosa y premiada serie producida por Ed Spielman, surgieron verdaderas joyas cinematográficas de las que ya hablaremos. Pero Mini Kung Fú no fue solo un personaje de la gran pantalla, no señor, también fue un personaje de cómic y ¡Alucina Vitorina!... ¡De Fotonovela!
La fotonovela, genero editorial que narra historias mediante secuencias de fotografías y textos tipo cómic, fue muy popular en los años 60 y 70. En estas publicaciones casi siempre se contaban historias de amor y romance, estilo Corín Tellado, aunque también las había más bizarras y subiditas de tono.
Ejemplos de fotonovelas de la época: a) Un ejemplar de Corín Tellado ("Me has confundido") en cuya portada vemos al galán patilludo, que acaba de salir del curre en un taller de Algete y arrima cebolleta a una gachí que se hace la confundida. b) Namur "Peligro Supremo", genial cubierta en la que se observa a Fefita Carcañales, ex-secretaria de dirección, arreándole una yoya tremebunda a su jefe, que le acaba de comunicar el despido. c) Inenarrable el traje de "Araña Negra" y... bueno, inenarrable todo. d) ¿Qué decir de "Sabrosas" Pornoaventuras de ayer y hoy? Su título ya es un poema: "Deleite de Cochas Pechochas"
El gran Gabriel Pontelo, Supersex: un extraterrestre que en lugar de antenas calzaba un cipote del calibre 133.
Sus poderes eran, a saber: 1) Partir brazos con golpes de kárate y "seducir" a todas las macizas que se cruzaban
en su camino mediante la segregación del "fluido erótico". Famosa entre la comunidad pornógrafa era la
exclamación que profería Supersex cada vez que alcanzaba el clímax: ¡¡Ifix, Tcén, Tcén!!
Sus poderes eran, a saber: 1) Partir brazos con golpes de kárate y "seducir" a todas las macizas que se cruzaban
en su camino mediante la segregación del "fluido erótico". Famosa entre la comunidad pornógrafa era la
exclamación que profería Supersex cada vez que alcanzaba el clímax: ¡¡Ifix, Tcén, Tcén!!
La edición original de la única Fotonovela de Mini Kung-Fú data de 1975, y sus actores protagonistas son los mismos que los de la serie cinematográfica. La cuidada fotografía es obra de Rosa Mª Martínez y Javier Martínez.
Es curioso observar como se cita en los créditos a un tal "Rafi 75" como autor de la portada, cuando en realidad la cubierta es la tapa de un bloc de dibujo... ¡Menudo morro! También es curioso como a Chu Fin le aparece y le desaparece el gorro de una viñeta a otra. Pero lo más curioso y digno de mención es el retoque "digital" con rotulador "Carioca" negro de la barba del jefe de la banda.
En primicia para "El Pirata, Fanzine Suburbial Alegórico", y rescatada del baúl de los recuerdos, dónde dormitaba llena de polvo, aquí llega esta épica aventura. La hemos remozado un poco para hacerla más legible, pero el espíritu es el mismo.
Impresionante.
La moda por las técnicas asiáticas de lucha continuó durante mucho tiempo. La serie "Kung Fú" dejó de emitirse, pero llegaron las legendarias cintas de Bruce Lee, que tuvieron su zenit en "Operación Dragón" y en "The way of the Dragon" donde Lee se parte la cara con el mismísimo Chuck Norris en el Coliseo romano. En esa época, Marvel Cómics, que no era ajena al tirón comercial de las artes de Marcial, editó "Sang Chi, Master of Kung-Fú", y claro está, en la editorial "Migui Cómics" tardaron "ná y menos" en fusilar la idea. Así fue como nacieron los míticos "Los 2 Super Judo". Pero esa, amigos y amigas, es otra historia.
Luego ya después, claro está, llegaron Jackie Chan, Las Tortugas Ninja, Kárate Kid, Sor Citroen, Bola de Dragón, Jet Lee, Kung Fú Panda y to la purrela.
Y acabamos este "post" tan "vintage" y tan monográfico sobre el Kung Fú con una joya como una olla: La portada de la inédita aventura de los 2 Super Judo "Visita al Podólogo" ¡Canela fina, tu!
Rafael Martínez Sainero, Pirata 2012
He visto atracadores usando pasamontañas, medias, e incluso caretas de Mickey Mouse o Ronald Reagan para no ser identificados, pero... ¡por los clavos de cristo que no viviré tiempo suficiente para volver a ver algo tan poderoso como esto de la red de canasta de baloncesto en la cabeza! ¿De verdad piensa el malandrín que nadie podrá reconocerle de aquesta guisa? Si hubiera usado la redecilla de las naranjas de zumo a lo mejor hubiera colao, pero esto...
ResponderEliminarFabulosos los nuevos efectos especiales, las onomatopeyas y la actualización de los diálogos... y esos SuperJudo que se cuiden los juanetes, que aún tienen que dar mucha caña!!
"El largo", estimado lector, es un personaje icónico en el universo de los malvados de fotonovela. El original tocado de la redecilla para transportar balones de basket no es utilizado como prenda de ocultación, sino como parte fundamental de un "look" casual e informal, provocativamente transgresor... y eso sí, ridículo se mire por donde se mire... pero que pretendía sin duda alguna marcar tendencia en su momento y lo único que le marcó fue su infancia. Fíjese si no en el modo en que utiliza la dicha redecilla a modo de cabestrillo... ¡Pero qué mamarracho!
ResponderEliminarMuchas gracias por los elogios (merecidísimos) sobre el "remake" de la fotonovela. Recibirá el jamón en breve.
Orni Torrinko nos escribe un escueto y revelador:
ResponderEliminar¡¡IFIX TCEN TCEN!!
¡Completamente de acuerdo señor Torrinko!